El Hércules y no es poca cosa teniendo en cuenta que hace unas semanas cualquier rival de medio pelo ganaba sin apenas despeinarse en el Rico Pérez. Véase el ejemplo del Orihuela, penúltimo clasificado y que ayer echó a Villafaina. El conjunto de Jesús Muñoz plantó cara al cuadro de la Terra Ferma, tuvo el 2-1 en un cabezazo de Carlos Martínez, pero también pudo perder en los minutos finales, cuando el rival volaba a la contra y se plantaba ante Falcón con una facilidad pasmosa. Dos intervenciones de gran mérito del gaditano dejaron un punto en Alicante que el Hércules pretende hacer bueno el próximo domingo en su siempre complicada visita a Castalia.
Muñoz apostó de inicio por el bloque habitual, con la única novedad de Benja por Jona en la punta de ataque respecto al choque de Cornellà. Los dos equipos se midieron desde el inicio y la primera aproximación con cierto peligro la protagonizó Borja Martínez en el 25' desde la banda derecha. A pierna cambiada recortó hacia adentro y probó al meta Pau con un zurdazo potente que fue repelido a córner. En la posterior acción de estrategia, el extremo sirvió a Nani en la frontal, pero su remate en buena posición fue rechazado por el zaguero Simic.
El Hércules cogió el mando del partido pero parecía que el Lleida estaba esperando precisamente eso para volar a la contra y hacer daño. Y así sucedió. En el 37', el extremo zurdo Liberto, una auténtica pesadilla para Olmedo durante todo el partido, ganó la línea de fondo y sirvió un balón templado al segundo palo que cabeceó sin oposición Raúl González, alicantino canterano del Hércules que Mandiá hizo debutar en Segunda.
El 0-1 dejó noqueado al cuadro alicantino, que no pudo superar líneas ni aproximarse a la portería de Pau hasta el descanso. Muñoz no varió el plan ni realizó cambios en el segundo acto, pero el Hércules sí adelantó sus líneas y se apoderó del balón. En el minuto 62', un pase de Olmedo lo dejó pasar inteligentemente Benja para que Carlos, llegando desde atrás, se colara por el centro del área, pero su control no fue bueno y el balón acabó en las manos de Pau. En la acción siguiente, llegó el 1-1 en un cambio de orientación de Fran Miranda hacia la derecha que Olmedo convirtió magistralmente en asistencia sin dejar botar el balón. El pase al corazón del área pequeña encontró la bota de Carlos, quien firmó el 1-1 y su quinto gol de la temporada.
El punta de Mataró tuvo el 2-1 poco después en un extraordinario centro de Borja desde la banda derecha con rosca hacia adentro. El balón superó a los dos centrales y Carlos lo remató de cabeza a medio metro de la portería, pero no acertó a orientarlo entre los tres palos para desesperación de una grada que ya cantaba el gol.
Tras dar entrada a Jona por un desdibujado Benja en el 68', Muñoz siguió moviendo el banquillo y los cambios tuvieron el efecto contrario al deseado, ya que el Hércules se debilitó. Moha y Alejandro Alfaro entraron sin ritmo por dos jugadores determinantes como Borja y Carlos y el conjunto alicantino se partió totalmente, lo que aprovechó el Lleida para hacer lo que más le gusta: correr.
En el 77', un pletórico Liberto (jugador formado en el Elche y que militó en el Alcoyano) desbordó a Olmedo y también a Álvaro Pérez pero su asistencia al área pequeña no encontró rematador. Poco después, una falta lateral sobre la portería de Falcón la remató el central balcánico Simic y el balón se marchó rozando el palo.
El Hércules quería el 2-1 pero no sabía cómo buscarlo y acababa perdiendo el balón demasiado rápido, con Jona como una isla en ataque para desesperación de Muñoz. Las prisas se tornaron en precipitación y el Lleida estuvo muy cerca de llevarse todo el botín. En el descuento emergió la figura de Falcón para salvar los muebles de los alicantinos. En el 88' voló a la escuadra para desbaratar un zurdazo de Liberto, que había superado una vez más a Olmedo, completamente extenuado y pidiendo a gritos la ayuda de cualquier compañero que pasara por allí.
Y en el 93' de nuevo el gaditano se empleó a fondo para rechazar un cabezazo a bocajarro de Alpha, que remató incomprensiblemente sin oposición en la última acción del partido.
El Hércules acabó pidiendo la hora y con el agua al cuello, pero finalmente pudo sumar un punto que le mantiene fuera de los puestos de descenso (empatado con el Mestalla, que jugaría el «play-out»), pero a nueve del cuarto clasificado. Nadie sale de la UCI corriendo y al equipo de Muñoz le va a costar un mundo remontar tantos puestos como para instalarse en la zona noble. Mejor no pensar en ello.
Tras salir indemne del duelo ante el líder, el conjunto alicantino tendrá el domingo que viene otra prueba de altura en su visita a Castalia, probablemente el estadio más caliente del grupo y este año el equipo albinegro sí está respondiendo a las expectativas y ocupa la cuarta plaza.
Camiseta de apoyo al lesionado de gravedad Samuel
Los jugadores del Hércules saltaron al terreno de juego con un camiseta de apoyo al lesionado Samuel Llorca. El capitán no volverá a jugar esta temporada debido a una grave lesión en su rodilla derecha. El central sufrió la rotura de la plastia que le injertaron hace siete años en esa misma articulación al romperse el ligamento cruzado anterior. El capitán, de 34 años, pasará por el quirófano en los próximos días para ser intervenido por el doctor Pedro Luis Ripoll y está en el aire su posible retirada, ya que es una lesión muy compleja. Samuel, que esta semana fue padre por segunda vez, vio ayer el partido desde la grada acompañado por su familia.
