Oportunidad para reivindicarse... a la fuerza. Jona Mejía se queda como única referencia ofensiva en la punta del ataque del Hércules después de que ayer, tras someterse a pruebas diagnósticas, se confirmara la lesión ósea de Carlos Martínez, que sufre una microfractura costal que le obligará a estar fuera de las convocatorias alrededor de un mes.

El examen radiológico realizado por la tarde en la Clínica Tesla de Alicante certificó que el dolor que padecía el futbolista barcelonés obedecía a una pequeña fisura en las costillas que le produjo un fuerte golpe durante el partido contra el UCAM Murcia del pasado sábado. Se trata de una de las lesiones más frecuentes en los traumatismos y una de las pocas en cuyo tratamiento no suele incluirse la alineación y fijación de la zona afectada.

Carlos Martínez deberá guardar reposo hasta que solidifique el hueso y soportar el notable dolor que provoca esta patología, muy pertinaz porque se hace patente en cada respiración y se agrava con las toses y los estornudos. En principio, el último «pichichi» blanquiazul se perderá el estreno liguero del equipo de Planagumà en El Prat, la visita al Rico Pérez del Villarreal B y el encuentro en València contra el filial del Levante. De momento, es seria duda para la cuarta jornada, la que enfrentará en Alicante a Hércules y Sabadell.

La ausencia en la lista de convocados del catalán se une a la de otro delantero, en este caso Alejandro Alfaro, que continúa recuperándose de una distensión en el tobillo que no acaba de resolverse. Benja, que aún no ha completado íntegramente un entrenamiento, ha empezado a trabajar junto al grupo tras evolucionar de manera favorable de una microrrotura en el sóleo. En principio, viajará a El Prat el viernes, pero si reaparece será para disputar algunos minutos en la segunda parte.

Esto deja a Jona Mejía como única referencia ofensiva dentro del área. El delantero, propuesto por Lluís Planagumà para abandonar el Hércules antes del comienzo de la pretemporada, tendrá una nueva ocasión de explotar sus facultades, que las tiene, y acabar con una sequía realizadora que le dura desde noviembre de 2017, cuando marcó con el Córdoba. Después de ese día, el malagueño con pasaporte de Honduras ha jugado en el Cádiz, en el Lugo y en el Hércules y con ninguno ha sido capaz de ver puerta, ni tan siquiera en los bolos veraniegos.

Jona, al que le restan dos años de contrato en unas condiciones salariales muy ventajosas para él, necesita dar un paso al frente y demostrar que su principal valedor en el club, Javier Portillo, no se ha equivocado dando la cara por él.

Planagumà ha utilizado a su «descarte» 361 minutos esta pretemporada, solo Íñiguez, Nico y Moha Traoré han tenido más presencia que él en el equipo en los siete amistosos del Hércules en la fase de preparación. Y salvo el central, todos por la acumulación de bajas. El futbolista andaluz no ha terminado de encontrarse cómodo en el 4-3-3 que trata de mecanizar el entrenador para combatir la falta de gol del curso pasado. El sábado, en El Prat, los disparos habrán de ser con fuego real.

48 horas de plazo para resolver la rescisión de Juli

El Hércules confía en resolver la rescisión del contrato de Juli en las próximas 48 horas. Ayer había programada una reunión en el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC) para sellar el acuerdo definitivo y evitar que el despido acabe en los tribunales, pero finalmente se aplazó el encuentro entre ambas partes. El acuerdo está cercano porque el club está dispuesto a pagar al delantero alcoyano (salvo giro radical de los acontecimientos) el importe que le resta por recibir de los tres años que le firmó en su momento Juan Carlos Ramírez. La salida de Juli no tiene vuelta atrás pese a las bajas que sufre el Hércules, todas concentradas en la parcela ofensiva, pues la entidad necesita liberar esa ficha profesional para poder inscribir en su lugar a Borja Martínez en la competición, algo que debe ocurrir antes del debut liguero en El Prat.