Las toallitas húmedas siguen siendo el «monstruo del alcantarillado» en Novelda. Según los datos que maneja el Ayuntamiento, cada año se extraen ocho toneladas de este tipo de residuo en la red municipal de saneamiento. Ocho mil kilos a los que se suman los incontrolados que acaban en la depuradora de aguas residuales.
Las toallitas desechables se han convertido en un problema medioambiental, económico y de salud de primer orden en la ciudad por lo que, desde la concejalía de Ciclo Hídrico, se apela a la responsabilidad ciudadana para un uso correcto del saneamiento. Se insiste, además, en que deben depositarse en papeleras para evitar que se atasquen las cloacas porque, al mezclarse con aceite y jabones, forman una masa sólida que obstruye las cañerías.
A pesar de las campañas de concienciación que la concejalía de Ciclo Hídrico en colaboración con Aqualia, la empresa concesionaria del servicio de agua potable y saneamiento en el municipio, están llevando a cabo desde septiembre, los «comportamientos incívicos» siguen provocando problemas en las tuberías por una acumulación indebida que ocasiona obstrucciones, filtraciones y malos olores.
La última actuación se ha llevado a cabo en las conducciones subterráneas de la avenida de la Constitución pero el equipo de limpieza de Aqualia, formado por dos operarios y un camión cuba, se está viendo obligado a intervenir todas las semanas en algún punto del casco urbano. Una situación que ha llevado al concejal Iván Ñíguez a realizar un nuevo llamamiento a la ciudadanía para alertar sobre las negativas consecuencias del vertido de toallitas por el inodoro. Ñíguez ha recriminado la actitud de quienes deciden deshacerse de las toallitas de un modo incorrecto, «ya que provoca problemas en muchas zonas del alcantarillado y esto causa un grave perjuicio para las arcas municipales y el entorno natural que nos rodea».
Responsabilidad personal
En la misma línea Joaquín Pastor, jefe de Servicio de Aqualia en Novelda, incide en que la acumulación de toallitas húmedas en la red de alcantarillado también provoca atascos interiores en desagües de viviendas, filtración de aguas fecales al subsuelo así como acumulación de gases. Apela, por tanto, a la sensibilización ciudadana para corregir una conducta que «repercute negativamente en el servicio de saneamiento, ya que se destinan recursos que podrían optimizarse en otras incidencias». «¿Tú tiras toallitas húmedas al WC?». Con esta pregunta directa dirigida al ciudadano la campaña, que lleva tres meses activa, pretende concienciar sobre la responsabilidad personal de cada usuario para resolver el problema. Sin embargo, en virtud de las continuas intervenciones por atasco que se tienen que llevar a cabo, no parece estar teniendo el efecto deseado.
