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El 90% de la basura doméstica llega a la planta de Villena sin separar

A pesar de las campañas de concienciación, la ciudadanía aún tiene reservas a la hora de reciclar correctamente los residuos en su hogar

Imagen de la planta de tratamiento de residuos de Villena. Áxel Álvarez

Toneladas de residuos urbanos acaban en el vertedero. Las cifras hablan de un aumento en el número de kilos que cada año no se reciclan. En 2018, 67.812 toneladas se recogieron en el área de los 14 municipios del consorcio Crea -Banyeres, Elda, Beneixama, Monóvar, Biar, Onil, Canyada, Petrer, Campo de Mirra, Salinas, Castalla, Sax, Pinoso y Villena- frente a las 66.485 de 2017. En esta área, sus habitantes generan una media de unas tres toneladas de desechos al día. Aunque la horquilla fluctúa entre un 3, 5 y 2,7 toneladas, según municipios.

El gerente del consorcio Crea, Óscar Giménez, explica la tendencia alcista. «La progresión al alza que se apuntaba antes de la crisis económica era mucho mayor. Sin embargo, llegó la recesión y con la reducción de consumo, descendió también la cantidad de residuo», detalla Giménez. Así, el aumento o la disminución de las toneladas de basura que llegan a planta pueden ser un indicador económico. De esta manera, en estos últimos años, en los que la económica ha sido algo más boyante, las cifras de recogida son más abultadas.

De la totalidad de los residuos recogidos, alrededor de un 10 por ciento se recuperó a través de los contenedores de distintos colores -amarillo para envases, brics y latas); verde (vidrio) y azul (papel y cartón)- el resto de la basura que se produce en los hogares, se metió directamente a la bolsa de basura. Todavía se está lejos de acatar la normativa europea que obliga a recuperar el 50% de los residuos domésticos para 2020.

A pesar de los números poco halagüeños en su globalidad, los datos reflejan una tendencia positiva. Las cifras en toneladas de envases, cartón y vidrio que se recuperan aumenta. En 2017, se escaparon del vertedero 1.398 toneladas y en 2018, el reciclaje aumentó en 513 toneladas.

Un informe publicado por Eurostat coloca a España muy por debajo de la media europea al afirmar que recicla únicamente el 33,3% de los residuos que genera, frente al 45% de la media de los países de la UE. Por su parte, el consorcio Crea «está todavía en cifras bajas en relación a otras zonas de la Comunidad Valenciana», indica el gerente de esta entidad pública. «Aunque la tendencia en los últimos años es al alza», apostilla. El hábito de reciclar no ha dejado de crecer en la última década, aunque la progresión es lenta.

Los cubos de basura se han multiplicado en los hogares para dar abasto a la recogida selectiva. Sin embargo la bolsa de basura no termina de llegar limpia a la planta de tratamiento. El gerente indica que «uno de los objetivos del consorcio para conseguir que la gestión de los residuos sea más eficaz es implantar el contenedor de orgánico».

A pesar de las campañas de concienciación, información y sensibilización, Giménez asegura que «nos plantean muchas dudas a la hora de reciclar». En el proceso de selección ya en la planta se encuentran no solo botellas de vidrio que no llegaron a su contenedor sino también sartenes, juguetes, incluso bombonas de butano o neumáticos.

Todos parecen tener claro qué hacer con una botella de vino o con un frasco de conservas o legumbres. Van al contenedor verde. Sin embargo, muchos vasos de cristal acaban en él, cuando se debería llevar a un ecoparque. Una duda que surge es qué hacer con frasco de jarabe de plástico. ¿Al de plástico? Éste, como el de otros medicamentos, se depositan en el punto SIGRE de la farmacia.

La caja de pizza

Otra de las incertidumbres la crea la caja de la pizza. En principio, sí son reciclables porque están hechas de un material que lo es, el cartón corrugado. Sin embargo, son problemáticas debido al aceite que se desprende del alimento. La comida es uno de los peores contaminantes en el proceso de reciclaje de papel y cartón. Así, si están limpias al contenedor azul y si no, al ecoparque. ¿Y las servilletas? Lo correcto es depositarlas en el contenedor de la basura orgánica, al igual que los pañuelos de papel.

Uno de los elementos pequeños, difíciles de separar y que cada vez se encuentran más en las bolsas de basura son las cápsulas de café. Se han convertido en una plaga. Habitualmente, están hechas de aluminio y en su interior llevan el café, un elemento orgánico. No son envases, se deberían de limpiar y extraer el café antes de tirarlas al contenedor amarillo.

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