La Conselleria de Medio Ambiente está dando facilidades a los cazadores del Medio Vinalopó para acabar con la sobrepoblación de conejos que tantos daños está ocasionando en los cultivos de la comarca. Especialmente en las fincas de uva de mesa que, en algunos casos, ya han perdido hasta un 80% de la producción. La sequía sufrida hasta el pasado mes de abril y el progresivo abandono que sufre el campo ha llevado a los conejos, que ahora son más resistentes, a bajar del monte y dirigirse a las huertas para conseguir alimento y agua. En busca de protección hacen sus madrigueras en parcelas sin uso llenas de maleza y salen de noche para comerse los brotes de uva, las hojas, los sarmientos e incluso los troncos. Además, suelen saciar su sed mordisqueando las conducciones de riego por goteo hasta que logran agujerearlas, lo que genera trastornos para el productor y aumento del gasto agrícola.
Primero fue en Novelda, tal y como este diario publicó la semana pasada, y ahora los representantes de las organizaciones Asaja, La Unió y Coag , regantes y damnificados se han reunido en Monforte del Cid con la alcaldesa María Dolores Berenguer, los responsables del Club de Cazadores y el agente medioambiental de la zona. Tras analizar la problemática y sus posibles soluciones, la dirección territorial de Medio Ambiente ha concedido un permiso especial para que se pueda cazar todos los días y en zonas comunes fuera de los cotos.
Será el Ayuntamiento la entidad encargada de organizar las batidas en coordinación con la asociación cinegética de la localidad, bajo la supervisión del técnico forestal. La cacería se realizará por grupos y, en casos puntuales, se permitirá el uso de perros adiestrados, que era una medida restringida hasta la fecha para preservar el resto de especies que están ahora en periodo de cría.
Los agricultores de Monforte, al igual que hicieron los de la vecina localidad de Novelda, también han reclamado que se incremente la caza -con más escopetas, más medios y sin limitaciones de zonas ni días- en los parajes más amenazados. Con tal fin esperan que la Conselleria permita utilizar perros en todas sus batidas, y no solo hurones, que dispongan de mayor libertad para actuar en cualquier enclave del término municipal donde se detecte una sobrepoblación de conejos, y que se amplíe el periodo de descastes para poder abatir conejos antes de la media veda.
Un problema cíclico
El problema es cíclico. Hace ocho años ya se produjo una plaga de menores proporciones que causó cuantiosos daños agrícolas en las fincas de Monteagud y La Serreta. Ante la magnitud que alcanzaron entonces los destrozos, los agricultores también solicitaron la colaboración de los cazadores y éstos se implicaron al máximo. Contando con toda la información y los permisos de la Conselleria, el Ayuntamiento y la Federación de Caza se realizaron varios descastes para tratar de diezmar la excesiva población de conejos. Hasta 2.500 ejemplares se sacrificaron en solo un mes. En Novelda ya se superan los 8.000 abatidos en la actual campaña.
Más recientemente, en diciembre de 2018, este diario también informó de que la plaga se extiende por la provincia sin control y ya afecta a 73 municipios. La Conselleria aprobó las directrices extraordinarias para el aprovechamiento, gestión y control del conejo de monte en la Comunidad Valenciana y amplió los términos afectados. El último listado de territorios afectos a la sobrepoblación incluye un total de 178 términos municipales de los que 73 corresponden a la provincia de Alicante. Y el problema no cesa. Más recientemente, en noviembre de 2014, este diario también publicó que la Conselleria había declarado a seis municipios del Alto y Medio Vinalopó términos afectados. Fueron concretamente Villena, Beneixama, Banyeres, Agost, Novelda y Monforte del Cid. La medida permitió a los agricultores cuyas cosechas se vieron afectadas por la acción de los gazapos a acogerse a un plan de ayudas del Consell. Asimismo, la declaración de zona afectada permitió a los propietarios capturar o cazar a los conejos que habitasen en sus fincas, siempre y cuando las sociedades de cazadores no lo hubieran hecho antes. Un medida a la que se sumó la prohibición de introducir más conejos para la caza en los cotos de Villena, Beneixama, Banyeres, Agost, Novelda y Monforte del Cid.
Restos arqueológicos
En el verano de 2014 más de 500 hectáreas de cultivo distribuidas en el término municipal de Villena -principalmente hortalizas, viñedos y cereales- sufrieron los efectos de la voracidad de los conejos, que acabaron con gran parte de estas cosechas, siendo los cultivos más afectados los ubicados cerca de la Acequia del Rey, entre el paraje de Casa de Menor hasta la Colonia de Santa Eulalia.
En el Medio Vinalopó la plaga de conejos también afectó, como está ocurriendo en la actualidad, a la uva de vino y a las fincas de olivos y almendros. Además, los conejos llegaron a ser un auténtico quebradero de cabeza para los arqueólogos, que también pudieron comprobar como las madrigueras de los pequeños mamíferos habían destrozado parte del patrimonio cultural del yacimiento de la Edad de Bronce «Cabezo Redondo» de Villena.
La alcaldesa pide una solución eficaz a largo plazo
La alcaldesa de Monforte del Cid ha agradecido la buena predisposición que ha recibido por parte de la Conselleria de Medio Ambiente para atajar un «problema grave», que afecta al motor de la economía local: la agricultura. María Dolores Berenguer ha convocado a todas las partes afectadas a reunirse en el plazo de un mes para analizar la situación. No obstante para ella «lo importante es poder ofrecer una solución a largo plazo y en ese sentido -remarca- las administraciones debemos apoyar en todo lo necesario».
