Las cifras de población en Elda siguen a la baja un año más. Un descenso de difícil solución, a juzgar por las voces que desde distintos ámbitos se escuchan sobre la problemática del éxodo rural. Se avanza a una concentración en macrociudades.
La población de Elda según los registros del Instituto Nacional de Estadística (INE) se sitúa en 52.404 habitantes, con una pérdida de algo más de 200 habitantes en el último año. En 2017, el padrón contaba con 52.620 vecinos.
No solo Elda, sino todo el interior de la provincia de Alicante sufre la marcha de los extranjeros que trabajaban en los sectores industriales y agrícolas. De 2008 a 2018, la población disminuyó un 2.7% en el área de Elda-Petrer (con 2 municipios y 86.883 habitantes).En este sentido, el profesor del Departamento de Geografía Humana de la Universidad de Alicante José Ramón Valero Escandell indica que «es una pérdida de población moderada pero constante que a penas significa ya un traslado de población hacia Petrer». Además señala que «hay peligro real de que Elda pueda llegar a bajar de los 50.000 habitantes con lo que implica de servicios para los municipios de la comarca».
El doctor de la UA establece que el descenso de la población se debe, no tanto a la marcha de emigrantes, como a un fuerte envejecimiento, un fenómeno muy similar al de otras ciudades como Alcoy. Nacen menos personas de las que mueren. Es un goteo constante en las ciudades industriales que «sufrieron la crisis de finales de los 70 y las posteriores resacas, sin planificar cambios y sin conseguir economías alternativas», apunta.
Así, Elda depende mucho de los periodos de inmigración para aumentar sus cifras. Los descensos poblaciones de las últimas décadas se moderaron con las inmigraciones que llegaron a toda España. Sin embargo cuando estos se frenan o se invierten, el número de habitantes desciende.
El doctor de la UA señala que desde los municipios se puede influir en revertir esta tendencia con herramientas para aumentar la natalidad, pero «no existen políticas para que la mujeres tengan más hijos». Se carece de medidas de conciliación familiar.
El experto explica que «además, cuando llega una oleada de inmigración, se ocupan en trabajos de cuidados, a veces clandestinos, para los que se exige una cualificación pequeña mientras que los habitantes que están migrando, en gran medida, son los más cualificados y por lo tanto, hay una pérdida de la alta productividad y competitividad».
Estos son los jóvenes que se están reubicando en macrociudades. Su éxodo no es solo a Madrid o Barcelona sino también a Berlín, a Londres o Estados Unidos. Valero señala que «es algo general pero en nuestra zona está muy acentuado».
Las voces de alarma ante este envejecimiento de la población empiezan a hacerse oír. Esquerra Unida lleva una moción al pleno con propuestas encaminadas a recuperar parte de los eldenses que un día abandonaron la ciudad. El concejal de esta formación Iñaki Pérez se ha mostrado alarmado porque desde el inicio de la crisis, en 2008, Elda ha perdido más de 2.800 personas.
EU plantea medidas como un cambio del modelo productivo local así como la creación de una oficina de las personas emigradas y que han vuelto. También reclama que se impulse la puesta en marcha de un voluntariado que haga la labor de acompañamiento a lo largo del periodo de asentamiento.
Por otra parte, el alcalde, Rubén Alfaro, cree que es difícil resolver esta cuestión. Destaca que en la Cumbre Europea de Regiones y Ciudades que se celebró en Bucarest y a la que acudió, se planteó como freno a este fenómeno demográfico, que asola Europa y deja sin vecinos a las zonas rurales, la desburocratización en el entorno rural así como el garantizar los servicios en los municipios.
