«Nada de lo que permanece en el recuerdo puede morir». Con esta reflexión el sacerdote Alfredo Beltrá trató de reconfortar a las cientos de personas que, en la triste tarde de ayer, se congregaron en el templo parroquial de Sax para despedir al empresario Gabriel Martínez Richarte, Gabi, que falleció el lunes, a los 60 años, tras una larga enfermedad contra la que luchó hasta el último momento.

Amigos, compañeros, trabajadores y destacados empresarios del calzado en el Medio Vinalopó asistieron al funeral, en una iglesia abarrotada, para acompañar en el duelo a la afligida familia.

El féretro del fundador y director de Tacones Gamar de Petrer y tesorero del consejo rector de Inescop permaneció cubierto por la bandera de la comparsa de Garibaldinos, de la que fue capitán en 2012, y presidido por una foto en la que se mostraba alegre y sonriente, tal y como fue en vida y tal y como quería que lo recordaran tras su muerte. Entre los asistentes había muchos vecinos de Petrer y también de Elda, la ciudad donde Gabi fijó su residencia décadas atrás y en la que pasó sus mejores años, junto a su mujer Marisa y sus dos hijos, implicándose en la vida social, cultural y festera como activo socio de la comparsa de Marroquíes, de la que también fue capitán en 2015.

«No lo conocí pero por todo lo que de él me han contado fue un gran hombre, un emprendedor que soportó la cruz de la enfermedad durante años y que ahora está con Dios en el paraíso», apostilló el cura antes del responso.

Diez coronas de flores se depositaron sobre la tumba donde descansa en paz en su pueblo natal.