Del pasado a la ciudad del mañana. Los alumnos del IES Monastil tienen el reto de conseguir una ciudad más sostenible e igualitaria. Con este desafio en la mente, su primera tarea es la de recuperar las tradiciones, el pasado local y ponerlo en valor. Todo ello a través de un proyecto de innovación educativa que utiliza un juego de recompensas para motivar a los escolares y enseñar con la experiencia.
Los alumnos de primero de Secundaria del IES Monastil de Elda se quedaron perplejos cuando recibieron,a través de la plataforma digital, una comunicación encriptada de sus profesores. Mediante códigos descifraron el primer mensaje. Con el segundo que recibieron, comprendieron su misión. En su primer curso de instituto ya eran los salvadores de la ciudad. Su reto: comprender la Elda del pasado, conocer la del presente y salvar la del futuro. Así se lo encargó la diosa Idella desde el monte Bolón, en el vídeo que sus profesores les hicieron llegar. Para lograr la misión no está solos, les acompañan los guardianes -los profesores de cada asignatura- de las seis llaves de los baúles en los que la diosa ha guardado las tradiciones, la historia, la música y las danzas con el objetivo de que no se pierdan. Idella desea que Elda preserve su identidad, vuelva a florecer y despierte de su letargo.
El desafío es conseguir pedazos de las llaves que abren los cofres. La diosa les explicó que «si encontráis las llaves, seréis capaces de devolver las tradiciones a vuestra ciudad». Los alumnos han asumido la tarea por la diosa y se han puesto manos a la obra, en un juego que les ha emocionado y con el que se sienten cómodos realizando vídeos y aprendiendo de forma experiencial.
Uno de los talleres sobre el pasado que se realizó en el Museo Arqueológico.Áxel Álvarez
El proyecto de innovación se denomina «Salvar Elda» y se está desarrollando desde todas las áreas y materias. La coordinadora del proyecto, Irina Agulló, indicó que «estamos potenciando el aprendizaje significativo, no es un aprendizaje memorístico. Ellos son los protagonistas y los que están manejando la información».
Agulló argumenta por ejemplo que «estamos intentando llevar el área de Historia al mundo de las emociones y, para ello, les hemos puesto en la piel de un habitante del valle en la prehistoria; qué sintió, qué le movía». Además, los alumnos se trasladaron a un centro de mayores donde los más ancianos les contaron cómo era la Elda de su niñez y su juventud. En esta reunión se materializó el encuentro entre el pasado y el futuro, que es la conexión que desean crear con el proyecto educativo.
Otro de los profesores, Bernardo Benito, relata lo que están haciendo sus alumnos en el ámbito de la Geografía. «Hemos planteado una actividad sobre las causas, los efectos y la prevención de las inundaciones en Elda. El resultado es una guía audiovisual en la que plantean cómo enfrentarse a los desastres naturales. Asimismo dan consejos a sus conciudadanos y a las autoridades para saber qué hacer ante una inundación o una tormenta eléctrica».
En el área de Biología se han centrado en salvar el río Vinalopó. Y como buenos ciudadanos acudieron a retirar un tapón de suciedad en el encauzamiento. «Se convirtieron en buenos mini ciudadanos», indica la profesora.
El final del trabajo se ha enfocado en la Elda del futuro. Agulló indica que «queremos que se planteen cómo quieren que sea su ciudad». En este curso sólo la diseñarán en dos vertientes, «no tenemos tiempo para más», apostilla la profesora, y añade que «queremos una ciudad más accesible y más igualitaria». Para conseguirla van a proponer una serie de cambios en el nombre de las calles, proponiendo a mujeres eldenses que merecen una.
El colofón será una feria donde se mostrará a los padres todo el trabajo de sus hijos y en la que los escolares van a ser los cicerones de la exposición.
