La Policía Local de Aspe ha dejado de patrullar por las noches. Hasta la fecha eran tres los agentes que prestaban este servicio a diario. Uno atendía la centralita y realizaba tareas de custodia del Ayuntamiento mientras sus dos compañeros se encargaban de vigilar el casco urbano y el extrarradio con el coche patrulla.
Pero la baja por paternidad de uno de los tres agentes asignados al horario nocturno ha llevado a la alcaldesa, la socialista María José Villa, a promulgar una providencia en la que ordena la suspensión temporal de los servicios mínimos hasta el próximo 31 de enero. O sea, rechaza reforzar el servicio a pesar de concurrir una circunstancia extraordinaria que así lo aconseja. La primer edil precisa, además, que la medida adoptada se aplicará en el supuesto de que el turno de noche, que se prolonga de las 22 a las 6.30 horas, quede por debajo de tres agentes. En tal caso el Ayuntamiento no reforzará el servicio «habida cuenta del escaso número de personal existente, siendo el servicio mínimo del turno de noche de un efectivo». Para María José Villa los turnos de mañana y tarde son los más importantes para la seguridad vial y la vigilancia de los espacios públicos de la población. Además, confía en que las numerosas bajas de agentes que hay en estos momentos se subsanen lo antes posible.
Crítica sindical
Para los representantes del sindicato SITAP la providencia de la Alcaldía es un «despropósito más de los responsables municipales -PSOE e IU- y una nefasta respuesta a la falta de personal que viene sufriendo la plantilla desde hace ya mucho tiempo».
Cabe recordar en este sentido que de los 30 efectivos que componen la Policía Local actualmente hay 13 bajas y dos jubilaciones. Además, la orden contraviene un decreto municipal del año 1999 que impide que cualquiera de los turnos se quede sin reforzar en caso de ser necesario, como es el caso. Una situación que ha generado un nuevo desencuentro entre el concejal de Seguridad Ciudadana, Chema García Payá de IU, y la alcaldesa del PSOE.
Mientras tanto numerosos aspenses se han sumado a las críticas del sindicato, a través de las redes sociales, censurando la suspensión de los servicios mínimos por la falta de seguridad que conlleva para una localidad que supera los 20.000 habitantes. A partir de esta noche, y desde el pasado fin de semana, solo la Guardia Civil se está encargando de la vigilancia en Aspe porque, aunque hay dos agentes de la Policía Local en el retén, las patrullas unipersonales no están permitidas.
