La maldición del velódromo municipal de Novelda podría llegar a su fin en 2019. La instalación deportiva empezó a construirse hace 30 años pero permaneció abandonada durante una larga década por las luchas políticas.
Los trabajos se retomaron en agosto de 2010 con una inversión de 720.869 euros del Plan Camps. Pero la empresa quebró a los pocos meses, por impago de la Generalitat, y la obra fue de nuevo abandonada en 2012 cuando solo faltaba por ejecutarse el 20%.
Con la esperanza de que a la tercera vaya la vencida, el Ayuntamiento de Novelda acaba de adjudicar a la mercantil Mainco Infraestructuras y Medioambiente la conclusión de la obra de restauración y ampliación del velódromo por 428.000 euros. Un importe sensiblemente inferior a los 442.500 euros establecidos como techo máximo de la licitación.
En este caso el pliego de condiciones establece mejoras valoradas en 30.000 euros y un plazo de ejecución de seis meses. Medio año para concluir una actuación paralizada administrativamente desde que en 2009 se retomara la iniciativa de su finalización. Pues bien, para desbloquear esta situación el actual equipo de gobierno de UPyD y PP, que lidera el alcalde no adscrito Armando Esteve, trabajó durante meses en la adecuación del proyecto inicial para conseguir un diseño menos pretencioso que el original, pero más realista, prático y adaptado al presupuesto subvencionado.
El velódromo de Novelda es una de esas obras que tuvo un principio pero no parece tener un final. Lleva a medio construir, ocupando una amplia parcela del polideportivo municipal, desde la década de los años 80 pero en 2019 podría dejar de dar vueltas y acabar, por fin, con su maldición.
