La radiografía del subsuelo de Elda ha corroborado la existencia de refugios antiaéreos de la Guerra Civil. El trabajo, realizado con un georradar en noviembre del año pasado, ha confirmado la presencia de estas instalaciones y ahora se conoce con exactitud su trazado y longitud. Estos túneles son grandes desconocidos y tras el informe remitido por la Universidad de Cádiz, se han desvelado detalles reveladores.
El arqueólogo municipal, Juan Carlos Márquez, ha destacado que «hay dos resultados interesantes en las prospecciones del georradar». El escáner ha detectado con mucha claridad todo el recorrido del corredor que se ubica entre la plaza del Matadero y la de Santiago. Su longitud es de 29 metros. El historiador apunta que «hemos avanzado en la detección del sitio y, en el caso de realizar alguna excavación para ponerlo en valor no tendríamos que estar probando dónde se encuentra el refugio». La señal que ha emitido el georradar, según los expertos, indica que su estado de conservación es bueno. El segundo emplazamiento de importancia se encuentra en la plaza de la Constitución frente al ayuntamiento. Márquez relata que «en esta ubicación la señal no es tan limpia pero potencialmente hay restos significativos» a lo que añade que «se han visualizado tramos en los que se reconoce la existencia muy clara de túneles».
El subsuelo de Elda oculta refugios antiaéreos que se construyeron en la Guerra Civil. Son varios los estudios, sobre todo los del erudito local Juan Rodríguez Campillo, los que abogan por la existencia de cinco o seis en la trama urbana de la ciudad. En Elda es imposible acceder a estas galerías debido a que fueron cegadas, una vez finalizada la contienda nacional. Márquez resalta que «con estas prospecciones lo que buscábamos era verificar los indicios o las pistas que teníamos sobre la existencia de refugios, y lo hemos hecho a través de esa tecnología no invasiva».
Patrimonio
El concejal de Patrimonio, Amado Navalón, ha comentado que dentro de la agenda de esta concejalía se encuentra poner en valor los refugios antiaéreos y vincularlos con los incipientes trabajos del producto turístico relacionados con la Segunda República y la Guerra Civil. El que más opciones tiene para abrirse al público es el de la plaza de la Constitución, aunque tendrá que esperar a que se establezca la financiación presupuestaria para que el refugio vuelva a ver la luz.
