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Los regantes quieren salvar el acuífero de Crevillent tras finalizar la balsa de Villena

La Junta Central de Usuarios ha pedido al Gobierno, a través del decreto de sequía, la ejecución del tramo VII del post-trasvase para acabar con las extracciones de agua a 600 metros de profundidad

Los regantes quieren salvar el acuífero de Crevillent tras finalizar la balsa de Villena

El embalse La Cuesta de Villena, en cuya construcción la Generalitat Valenciana ha invertido más de seis millones de euros, acaba de finalizar veinte meses después de que Alberto Fabra colocara la primera piedra junto al alcalde Verde Javier Esquembre. Una vez ejecutada esta estratégica infraestructura, a la que sólo le faltan las comprobaciones técnicas y la entrega administrativa para comenzar a recibir los primeros caudales del Júcar, la Junta Central de Usuarios del Vinalopó, L' Alacantí y Consorcio de Aguas de la Marina Baja ya se ha fijado el objetivo «primordial» de conseguir la ejecución del llamado tramo VII del post-trasvase.

Esta actuación, que los regantes han solicitado con carácter de emergencia al amparo de los reales decretos de sequía de las cuencas del Júcar y del Segura, se considera «esencial» para contribuir a la recuperación del acuífero de la sierra de Crevillente, que está completamente esquilmado con extracciones de agua de «alto precio y baja calidad» a 600 metros de profundidad. Un hito histórico del Estado que constituye el principal ejemplo de sobreexplotación de las aguas subterráneas y que goza de la declaración como tal desde el año 1987. Pues bien con la sencilla obra del tramo VII, que cubre los 6,6 kilómetros del Rollo, Hondón Nieves y Hondón Frailes, se podrían paralizar las extracciones y acabar con un problema que afecta a cientos de agricultores y no necesita una gran inversión de fondos públicos. Bastaría con instalar una válvula especial y utilizar la tubería ya existente para derivar los caudales del trasvase del Júcar a los dos Hondones y la Galería de los Suizos. La Junta Central de Usuarios ya ha solicitado formalmente a la dirección general del Agua del Ministerio de Agricultura que consigne la dotación necesaria para realizar el tramo VII recordando, con especial énfasis, que «el año hidrológico 2013/14 ha sido extremadamente seco desde el punto de vista de la meteorología, siendo la precipitación acumulada en la cuenca del Júcar la más baja de los últimos 23 años».

En este contexto la conclusión de las obras del embalse de La Cuesta de Villena va a permitir regular las aguas de la balsa de San Diego, procedentes del trasvase Júcar-Vinalopó, al tiempo que elimina la elevada carga de presión con la que llega el caudal. Con esta nueva infraestructura, que tiene capacidad para albergar 620.000 metros cúbicos de agua, se evita, además, que los excedentes del Júcar se distribuyan directamente desde la balsa de San Diego. En tal caso la presión provocaría la rotura de las tuberías del post-trasvase. De ahí su importancia.

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