El Ministerio de Fomento ha creado un programa de trabajo especial para priorizar la finalización de las obras de la variante de la autovía de Valencia-Murcia, la A-33, en el tramo de 12,5 kilómetros comprendido entre las localidades de Font de la Figuera y Villena. Fomento ha comunicado ahora que su objetivo es poner en servicio este ramal de autovía a finales de 2015, cuatro años antes de lo que aparece contemplado en el anexo de inversiones reales y programación plurianual de la dirección de Carreteras incluido en los Presupuestos Generales del Estado para el próximo ejercicio.
Cabe recordar, en tal sentido, que la ralentización de la variante de la A-33 viene desde mucho tiempo atrás. El proyecto comenzó a desarrollarse en 2007 y de los casi seis millones y medio de euros presupuestados para 2013 se gastaron finalmente cinco; en 2014 la reducción ha sido de otros dos millones más y para el próximo año el Gobierno central ha fijado en sus Presupuestos del Estado una consignación de tan sólo cinco millones de euros con los que seguir acometiendo la obra. Sin embargo el grueso de la inversión, el equivalente a 66 millones de euros de los 127 a los que asciende el montante global de la actuación, ha quedado proyectado para los años 2016, 2017 y 2018. Es decir, para la próxima legislatura porque la actual finalizará en noviembre de 2015.
Así aparece reflejado en las cuentas del Ejecutivo para la división de Carreteras y así lo publicó este diario el pasado miércoles. Sin embargo ayer Fomento anunció un cambio de planes asegurando a esta redacción, desde su gabinete ministerial, que la variante de la A-33 entre la Font de la Figuera y Villena abrirá al tráfico rodado en el último trimestre de 2015. Curiosamente en vísperas de las elecciones generales. No obstante, nada se ha concretado desde el Ministerio respecto al sistema de financiación estatal que permita un incremento de la inversión presupuestada para el próximo año. Sólo se ha indicado que se ha creado un programa de trabajo especial para priorizar la finalización de estas obras.
Más del 50% de la inversión queda por tanto en el aire y, aunque la obra no se ha paralizado en ningún momento desde que comenzó siete años atrás, los plazos se han ido alargando porque la actividad de técnicos, obreros y maquinaria ha quedado reducida a la mínima expresión para una infraestructura que en algunos tramos parece abandonada. Algo que es perfectamente visible desde la propia carretera N-344 que une la población alicantina de Villena con la valenciana Font de la Figuera, y que este diario volvió a comprobar ayer a pie de obra.
