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Acabará en 2014

La obra de la autovía de Murcia por Villena supera el 50% de ejecución

El Ministerio de Fomento cumple con los plazos de construcción para la variante de la A-33

Las obras de la autovía A-33 de Valencia-Murcia en la conexión con la A-31 en Villena. CARLOS RODRÍGUEZ

La construcción de la variante de Font de la Figuera-Villena de la A-33, la esperada autovía que conectará Valencia y Murcia a través del norte de la provincia de Alicante por un trazado de 90 kilómetros que atraviesa el Altiplano, avanzan -ahora sí- a un buen ritmo con el objetivo de concluir el próximo año. De momento la obra supera ya el 50% de la ejecución programada y, de no producirse ningún contratiempo, los 11 kilómetros de esta retrasada variante que confluye con la autovía A-31 de Alicante-Madrid a la altura de la cárcel de Villena, estarán dispuestos para ser abiertos a la circulación a partir de junio de 2014.

En estos momentos, según ha informado el Ministerio de Fomento, ya se está trabajando en los firmes del trazado y en la eliminación de tres peligrosas curvas de la autovía de Madrid en el punto exacto en el que enlazará con la de Murcia. En una de estas curvas se ha construido un puente sobre la rambla del Angosto, al que sólo le queda instalar una viga, y en las otras dos siguen realizándose movimientos de tierra y voladuras controladas. De forma paralela se está levantando un viaducto sobre la línea férrea, en lo que supone la actuación más compleja de toda la variante Font de la Figuera-Villena.

Como ya se informó en agosto, este proyecto lo retomó el Ministerio de Fomento a mediados de 2013 después de una ralentización de varios años debido, fundamentalmente, a la falta de consignación presupuestaria del Gobierno central para acometer el tramo valenciano-alicantino de esta nueva autovía. Una infraestructura que conectará tres corredores de gran importancia entre la meseta y la costa. Concretamente la A-31 de Madrid pasando por Albacete, Almansa, Villena, Petrer y Elda; la A-30 que comunica Madrid con Albacete, Murcia y Cartagena pasando por Hellín y Cieza y la A-35 que comunica Valencia desde Xàtiva con Albacete por Almansa.

Se trata, en definitiva, del desdoblamiento de la N-344 para desatascar un eje viario que soporta un creciente tráfico de mercancías. De hecho, los recorridos entre Murcia y Valencia que se realizan por la N-344, desde la A-30 en Blanca hasta la A-35 en Font de la Figuera, registra un porcentaje de vehículos pesados superior al 27%. Y ello, unido a la progresiva congestión del itinerario costero, justifica para la demarcación de Carreteras la necesidad de crear una vía alternativa de gran capacidad. Una nueva arteria para la N-344.

Los primeros estudios técnicos se realizaron antes de 2003 y las primeras licitaciones de obra se remontan a finales 2007. Pero de los cinco tramos de los que consta la actuación sólo se han completado dos hasta la fecha. Fue hace justo un año, en agosto de 2012, cuando tras cinco años de obras quedó inaugurado el trazado de la A-33 entre Blanca y Abarán y entre Abarán y Jumilla. El primero con un presupuesto de 58,53 millones de euros y una longitud de 12,4 kilómetros y el segundo, de 63,99 millones y 18,32 kilómetros. Un año después el enlace de la A-35 con la A-31 ha comenzado a ejecutarse en el tramo de la A-33 que va de Font de la Figuera a Villena. Estos trabajos, con un coste de 37 millones y la previsión de finalizar en 2014, también van a mejorar la seguridad en la A-31 al suprimir tres curvas situadas en la salida de Fontanares donde se han registrado varios accidentes mortales en pocos años.

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