La declaración del estado de alarma ha afectado a la vida cotidiana de todos los españoles, y también a las personas que viven en la calle. Personas sin hogar que estos días no pueden permanecer en la vía pública y que tienen que estar, por obligación legal, a resguardo. Las alternativas para estas personas son albergues donde pasar las 24 horas de día, como los dos que hay en Elche o el que se va a habilitar en Alicante.

En Elche está el albergue de Cáritas y el que ha habilitado el Ayuntamiento en el gimnasio del polideportivo El Toscar. En total, Elche cuenta con 70 plazas para estas personas: 40 en Cáritas, que está completo desde el lunes; y 30 que hay en el provisional del El Toscar.

El coordinador de Cáritas, Joaquín Sansano, explica que «en Elche se estima que hay 50 personas que viven en la calle y nosotros tenemos capacidad para atender a 40, que ya tenemos aquí, por lo que estamos redirigiendo a todos los que nos llegan al albergue que ha habilitado el Ayuntamiento».

El principal objetivo de las personas que trabajan y colaboran en estos espacios es ofrecer actividades para que el confinamiento se lleve a cabo de la mejor manera posible. El edil de Derechos Sociales y Políticas Inclusivas, Mariano Valera, explica que «dentro de nuestras posibilidades, tratamos de llenar su día a día».

En Cáritas están organizando charlas informativas sobre la crisis del coronavirus para detallar las medidas de seguridad que hay que adoptar, como la distancia mínima de un metro y medio entre personas, así como la importancia de cuidar la higiene.

A estas charlas se añaden otras actividades, como el visionado de películas que se proyectan en una gran pantalla o paseos controlados por el jardín del complejo de Cáritas, sin llegar a la salir a calle, y siempre manteniendo la distancia de seguridad. También se propone a los residentes en el albergue actividades como juegos de mesa. Joaquín Sansano destaca que «al principio nos parecía complicado, pero lo cierto es que el albergue está funcionando bien, todos están colaborando mucho».

Por otra parte, en Alicante el Ayuntamiento está buscando los recursos necesarios para abrir a las personas que viven en la calle el pabellón de Florida Babel y cortar su exposición al coronavirus. Ayer se estaba buscando a las empresas y ONG necesarias para activar un protocolo de control de acceso con toma de temperatura, gestión de camas, etc... para atenderlas de la mejor forma posible y atendiendo a las patologías que muchas, por desgracia, sufren. Para ello el alcalde, Luis Barcala, firmará un decreto de emergencia, por lo que el Ayuntamiento cree que ya no será necesario un permiso de la Subdelegación de Gobierno para habilitar estos recursos. De este modo se daría solución a los más vulnerables, que se sienten desamparados en las calles, y a la presión por este asunto que ejerce la oposición. Todo apunta a que abrirá hoy.

Por otra parte, Luis Barcala firmó ayer un decreto por el que se crea la Oficina Municipal de Emergencia Social (OMES) con el objetivo de atender las situaciones de precariedad y las necesidades de asistencia por la crisis social que puede desatar la expansión del Covid 19 en la ciudad.

En la exposición de motivos del decreto se señala que uno de los objetivos primordiales es «atender las necesidades básicas de todas las personas que se encuentran desamparadas y/o viven en una situación particularmente vulnerable, como es el caso de las personas mayores, menores, o adultos que no pueden abandonar su hogar por problemas preventivos de salud y viven en condiciones de fragilidad y soledad, y los sin techo».

Ademas, los voluntarios de Cruz Roja siguen saliendo a hacer reparto de alimentos a las personas sin techo, como cada martes y jueves, aunque de una forma más individualizada y con medidas de precaución que indican las autoridades sanitarias. Asimismo, está abierto el CIBE, situado a espaldas del Rico Pérez, donde se atiende a personas con adicciones y sin techo, ya que a menudo ambas problemáticas van de la mano.

En una acción coordinada por el Ayuntamiento, los voluntarios de la ONG salieron por las calles a repartir comida a los indigentes ayer. Por su parte, desde Cáritas indican que siguen dando todos los días el desayuno en la calle San Agatángelo 43, al lado de la parroquia de Benalúa, y que piensan seguir haciéndolo, aunque están a la espera de más indicaciones por parte del Ayuntamiento.

La atención a personas sin hogar también se está llevando a cabo de forma especial en otras localidades. En San Vicente hay cinco personas a las que se ha dado un techo. La pensión Casa Antonio se ofreció para cualquier ayuda y ha puesto a su disposición las instalaciones. La Policía Local ha contactado con estas personas a las que se les van a dar cobijo y comida mientras dure la cuarentena.