El alcalde, Carlos González, se reunió ayer con los representantes de los vendedores del Mercado Central para trasladarles su rechazo al proyecto, dejándoles en su tejado la oportunidad de conseguir una solución más rápida para el Mercado si se desmarcan de la empresa. «Son una pieza clave para buscar una solución al complejo problema. Alcanzar un acuerdo de rescisión pasa en buena medida por la posición que adopten los titulares de los puestos, porque Aparcisa condiciona su decisión a la postura de los placeros», afirmó el regidor socialista al término de un encuentro del que los comerciantes salieron cerrados en banda a admitir cualquier otra alternativa al contrato firmado en 2015.
La reunión de más de dos horas no sirvió para llegar a ningún principio de acuerdo, sino más bien para que el ejecutivo local reiterara que está dispuesto a finiquitar porque considera inviable la concesión y para meter en cierto modo presión a los vendedores. De ellos depende de que la concesionaria acceda a negociar y diga cuánto se ha gastado hasta ahora, lo que evitaría que el conflicto acabara eternizándose en los juzgados. Ya lo advirtió la mercantil tras su última reunión con Carlos González, que iban a una con los vendedores y que solo se sentarían a hablar de cifras si los vendedores estaban de acuerdo. De ahí que ayer todo el foco recayera sobre los titulares de los puestos quienes apreciaron cierto intento del ejecutivo local de querer dividirles de la empresa, a la que el alcalde también mandó un recado. «El mensaje para Aparcisa es que la negociación puede ser el camino» señaló también el primer edil, quien insistió en evitar «un litigio que sea perjudicial durante su transcurso para todos».
Y pese al bloqueo en el que sigue sumergido el conflicto, el alcalde recalcó de nuevo «la voluntad del equipo de gobierno para seguir buscando una salida consensuada «por el bien del centro histórico, de los placeros y de la ciudad», respaldado por los concejales socialistas de Promoción Económica, Carles Molina; Recursos Humanos, Ramón Abad; Mantenimiento, Héctor Díez; y Urbanismo, Ana Arabid,quienes también asistieron a la reunión.
Ni el regidor socialista ni los vendedores precisaron ayer qué tipo de alternativa o contraprestación es la que quiere el Ayuntamiento para el edificio de abastos y para los titulares de los puestos una vez rescate la concesión.
Los placeros señalaron que trasladarán el contenido de la reunión a Aparcisa y no intervendrán hasta que lo decidan sus abogados. Ya avanzaron, a través de su portavoz, Manolo Valverde, que «solo estamos dispuestos a irnos a la plaza de las Flores con un aparcamiento debajo, luego hablará la justicia». Y es que a estas alturas los vendedores ya vaticinan que la rescisión será forzosa. Mientras se resuelva el conflicto, de una forma o de otra, el alcalde volvió a garantizar ayer a los placeros que podrán seguir manteniendo su actividad en el Mercado provisional, donde trabajan desde hace más de tres años.
Por su parte, los vendedores se negaron a ser «egoístas» y admitieron que «nos podríamos quedar ahí, desarrollando nuestra actividad, pero hemos firmado un contrato y velamos por nuestro proyecto».
Con estos mimbres, el equipo de gobierno fijó ayer como hoja de ruta la continuidad de las excavaciones arqueológicas que la conselleria de Cultura ha visto necesario realizar, tal y como apuntó en su último informe. Un documento sobre el que el ejecutivo local todavía no ha dado valoración.
«Siempre hemos dicho que tiene todo el sentido que hay que avanzar al máximo para conocer la riqueza de la zona y realizar una radiografía». El otro paso será esperar la respuesta de la mercantil una vez ya se ha reunido el Ayuntamiento con los vendedores. Mientras, el alcalde sigue manteniendo en secreto el informe contratado en marzo del año pasado a un despacho de abogados externo para conocer las consecuencias legales de romper el contrato con Aparcisa. Una pieza clave de la que todavía no ha dado detalles.
