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Juicio del caso Brugal

Una contrata que ardía en las manos

El exalcalde de Orihuela Monserrate Guillén relata cómo se demoró de forma anormal más de año y medio la adjudicación del servicio de basuras

El exregidor oriolano Monserrate Guillén, a la izquierda, entrando en los juzgados de Elche ayer. antonio amorós

Nueva sesión ayer del caso Brugal que se sigue desde el pasado mes de marzo en la sección séptima de la Audiencia Provincial desplazada a Elche. En la jornada de ayer el protagonista fue Monserrate Guillén, el que fuera alcalde de Orihuela entre 2011 y 2015, quien declaró como testigo del Ministerio Fiscal. Explicó hasta qué punto se fue dilatando, de forma muy poco habitual, y durante más de año y medio, el proceso de adjudicación de la contrata de limpieza de este municipio de la Vega Baja, sobre todo a raíz de hacerse públicas grabaciones del empresario Ángel Fenoll a políticos, entre otros, hasta el punto de dejarse desierto el concurso pese a que todos los informes solicitados apuntaban a que Urbaser había presentado la mejor propuesta y con diferencia frente a la de la firma del empresario acusado.

Guillén indicó que habló solo una vez con Ángel Fenoll (uno de los 34 acusados en este juicio, entre los que se encuentran los exalcaldes José Manuel Medina y Mónica Lorente, además de otros exconcejales) cuando era edil de Los Verdes en torno a 2004.

Fenoll pidió cita para hablar con él y le comunicó que tenía intención de trabajar con el vertedero que querían poner y si podía influir en los vecinos para ello. «Le dije que de eso nada. Él me dijo entonces que había ayudado a otros partidos políticos, no solo al PP, también al PSOE en Orihuela e incluso a IU y le dije que hiciera lo que tuviera que hacer. ''Yo ayudo a todos y lo que quiero es que me dejen hacer'', me dijo. Yo le despedí y no he vuelto a hablar con él», declaró ayer el primer exedil.

En relación al concurso del año 2000 de este servicio, Guillén indicó que no tenía conocimiento, solo por la prensa. «Creo que al final no se adjudicó tras presentarse una única empresa, que era la que llevaba el servicio. Era una jugada clásica para que no cambiara nada», valoró el integrante en su día de Izquierda Verde Los Verdes. «Nadie parecía darse prisa en cambiar la situación con respecto a Colsur (empresa de Fenoll encargada del servicio de limpieza)», añadió.

«Verdadera barbaridad»

El exregidor llegó a afirmar que cuando él alcanzó la Alcaldía vio que se estaba pagando una «verdadera barbaridad» por, por ejemplo, la recogida de podas en Orihuela, y que incluso él mismo tuvo que hacer indagaciones sobre adónde iban los residuos. «Yo tuve que seguir a algún camión que otro y ver dónde se depositaban los residuos», manifestó Guillén, como dando a entender que no se fiaba acerca de que se depositaran las basuras donde se debía.

Asimismo, explicó que desde el año 2003 el Ayuntamiento de Orihuela ya pagaba a Proambiente (otra de las empresas de Fenoll) por algún servicio y que el 8 de julio de 2005 en el pleno se declaró desierto el concurso del año 2000.

Monserrate Guillén relató, a preguntas de uno de los fiscales, que en principio, de cara a la nueva contrata de basuras, se pidió a los técnicos que realizarán la redacción de los pliegos, «pero que el alcalde en aquel momento no se fió de ellos o consideró que se debía hacer de otro modo y se planteó que se pidiera a un despacho de abogados. Lo lógico era que fueran los técnicos municipales, el ingeniero municipal señor García, porque eran los que conocían las zonas mejor que nadie sobre el tema de los residuos de la ciudad. Creíamos que iban a ser los técnicos quienes lo hicieran», avanzó.

Otro momento que destacó en su declaración de ayer fue el hecho de que, además de la baremación de las propuestas que hizo el técnico municipal para la nueva contrata de basuras y que se dio a conocer en marzo de 2006, en la cual Urbaser recibía la mejor puntuación mientras que la empresa de Fenoll aparecía en tercer lugar, fue que, pese a ello, se pidieran nuevos informes de baremación, entre ellos a la Universidad de Alicante y, después a la Universidad Politécnica de València.

Presiones

«Tuvo muchas presiones el ingeniero. Me lo contó a mí, porque en un momento yo también dudé del señor García, pero una vez que emitió su informe jamás se retractó de nada en la baremación», indicó el exregidor, quien señaló que en la mesa de contratación de 2006, integrada por cinco personas con voto, dos votaron en contra, entre ellos el edil popular Ginés Sánchez Larrosa y el secretario del Ayuntamiento.

A partir de aquí, «a raíz de las grabaciones que saca Fenoll, y de tener una baremación muy clara con una empresa que es la que debería haber entrado, se va dejando poco a poco, nadie quiere tomar esa decisión, porque nadie sabía si iban a salir más grabaciones», relató Guillén, quien dio a entender que empezaron a pedirse informes porque «nadie quería llevar el asunto a pleno».

El exregidor aludió entonces al «chantaje que Medina estaba sufriendo de Fenoll» y luego a que «no sabemos si fue un chantaje o una amenaza, y que el pacto era el de mantener a las empresas que estaban trabajando y no nombrar a la empresa que había salido. Y de hecho así ocurrió.»

El fiscal preguntó entonces al testigo cómo sabía que había un pacto para que Medina no sacara el procedimiento de adjudicación, a lo que respondió que lo que estaba claro «es que ya había pasado mucho tiempo para que se hubiera adjudicado».

También salió a relucir cómo se encarga un nuevo informe de baremación a la Politécnica de València, en concreto a un grupo encabezado por un exprofesor de uno de los concejales del PP, David Costa, y cómo ese informe, que acaba coincidiendo también con el del técnico de Orihuela, se demora también hasta el punto de que llegó apenas dos meses antes de las elecciones de mayo de 2007.

En este momento, Guillén declaró: «''Esto lo meto en la caja fuerte del Ayuntamiento y no sale hasta después de las elecciones'', fueron palabras de Medina», aseveró el exalcalde, quien remarcó que finalmente se pidió un pleno extraordinario para adjudicar las basuras y, en lugar de eso, se votó que se declara desierta la adjudicación del servicio.

Documentación custodiada en las celdas de la Policía Local

El exregidor oriolano revela que algunos ediles del PP afines al empresario trataban de aprobar facturas con el no de Intervención

Una vez realizado el nuevo pliego de la contrata de limpieza, Monserrate Guillén llegó a afirmar ayer que la documentación de 2006 se cambió de lugar a raíz de que al parecer ya había habido un intento de acceso en el año 2000.

«En aquel entonces el equipo de gobierno oriolano estaba totalmente dividido por un tema urbanístico, con el alcalde Medina y cinco o seis concejales y, por otra parte, Lorente, que ya era presidenta del PP en Orihuela, con los ediles populares que quedaban, 8 o 9. Medina se apoyó entonces en los concejales del Centro Liberal de Jesús Ferrández para sacar adelante un asunto urbanístico», apuntó.

En esta coyuntura es cuando se adoptaron medidas de precaución especiales. «Según decían, el único que tenía una llave del recinto donde estaba la documentación era el técnico García. Pero no me lo creo, alguien tenía más acceso. De hecho, la documentación se trasladó a las celdas de la Policía Local para que fuera custodiada», declaró, para añadir a su vez que se llegó a un punto en que Medina no se fiaba de nadie y que algunos concejales «estaban allí para lo que estaban».

En este sentido manifestó que había concejales que tenían hilo directo con el empresario Fenoll, que siempre estaba con él y que eran los que llevaban a las comisiones del Ayuntamiento ciertas facturas para que se pagaran, facturas que en ocasiones no estaban visadas por los técnicos o tenían reparos de Intervención. En este punto, afirmó que Sánchez Larrosa y Antonio Rodríguez Murcia estaban siempre juntos con Fenoll y que se veían muy a menudo, sobre todo en un bar al lado del ayuntamiento.

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