Alumnos, profesores y padres del colegio de educación especial Tamarit de Elche inauguraron y celebraron ayer de un modo festivo la puesta en marcha de su propio huerto escolar, un proyecto que se pensó el pasado curso y que se ha gestado durante el actual. Coincidiendo casi con el final del curso, el centro ha querido inaugurarlo oficialmente con representantes de todos aquellos colectivos, y no solo del propio centro, que lo han hecho posible. Se trata de un proyecto en favor de la ecología y la agricultura, pero también de trabajo colaborativo y de homenaje y respeto al medio ambiente.
De hecho, lo importante aquí no es solo el propio huerto escolar, sino todo lo que ha supuesto, las implicaciones y colaboraciones, desde los primeros pensamientos para hacerlo realidad hasta el corte de cinta inaugural que se hizo ayer por la mañana, a pocos días de acabar el curso.
Para empezar, ha sido realizado y será cuidado por alumnos que presentan otras capacidades. Este centro acoge a un centenar de jóvenes que presentan algún tipo de discapacidad psíquica de tipo moderada o severa con autonomía. De ellos, cerca de una treintena han hecho realidad esta nueva zona verde, este granito de arena que a buen seguro contribuye también para Elche 2030.
Pero para ello han implicado, por un lado, a la asociación Tamarit de Elche, otro colectivo referente en la ciudad, así como a un grupo de alumnos del instituto Pere Ibarra. Entre los tres, colaborando, ayudándose y aprendiendo entre sí han conseguido generar este pequeño huerto, que le va a dar otra vida al centro seguramente, además de seguir inculcando a los alumnos ese amor nato por la flora.
Pimientos, tomates, berenjenas o calabacines se han plantado aquí, en un pequeño recinto vallado que cuenta también con un buen sistema de riego por goteo. Porque además de pensar en verde, también no descuidan cuidar los recursos escasos que tenemos en esta zona del sureste español.
«Planta tus sueños, crecerán días felices» es el lema de este huerto, que ayer fue inaugurado, con corte de cinta incluido, por la coordinadora, Carmen Guerrero. Previamente, cuatro alumnos del centro hicieron de conductores del acto y, ante otros compañeros, docentes, padres y representes de la asociación Tamarit y del «Pere Ibarra» fueron explicando por turnos cómo se fue desarrollando esta idea, incluso cuando empezaron a sembrar algunas plantas comestibles sin demasiado éxito.
El director del colegio Tamarit, José Carpena, se mostraba muy orgulloso de sus alumnos y de todos los que han hecho posible este proyecto que, de cara al próximo curso, se va a ampliar: la idea es hacer una zona lúdica y también verde en otro enclave del colegio, en vista de la buena respuesta y de lo bien que han trabajado las distintas partes.
Pero el huerto escolar no acaba ahí, ni tampoco con la nueva zona lúdica. Esta ilusión ha empujado también a la comunidad educativa a renovar su invernadero, a potenciarlo y mejorarlo. Y además les ha animado a pintar el resto de maceteros que hay repartidos por todo el colegio. Y es que quien tiene una planta o un árbol tiene un tesoro.
