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La hermandad del Cristo del Amor talla varias piezas del paso de Viernes Santo

La entidad, vinculada al colegio Salesianos de San Rafael, encarga a José Vicente Bonete la restauración de la imagen

La procesión joven del Cristo del Amor con escolares de Salesianos. matías segarra

La Hermandad del Santísimo Cristo del Amor tiene dos citas importantes durante la Semana Santa ilicitana. La primera de ellas será el Miércoles Santo, cuando lleva a cabo la procesión joven del Cristo del Amor, en la que destaca la participación de alumnos del colegio Salesianos San Rafael. La segunda cita es durante las primeras horas del Viernes Santo, cuando realiza la estación penitencial con el Santísimo Cristo del Amor.

Este año la hermandad ha realizado un nuevo esfuerzo para completar las tallas del paso del Santísimo Cristo del Amor. Concretamente, según explica su presidenta, María José Antón, «se han tallado las esquinas traseras y los laterales delanteros del paso». Estos trabajos han sido realizados por el tallista José Luis Rodríguez en la localidad sevillana de Gines.

Los hermanos del Cristo del Amor empezaron el proceso para mejorar el paso hace siete años y tienen pendiente finalizar el proceso de talla de los laterales traseros y los respiraderos, entre otros detalles, más adelante. Un esfuerzo que se va asumiendo poco a poco por parte del colectivo religioso.

No obstante, este año también han tenido que llevar a cabo una restauración de la imagen del Santísimo Cristo del Amor, que ha llevado a cabo el restaurador ilicitano José Vicente Bonete. Desde la hermandad apuntan que «todos los años se repasa la imagen del Cristo, pero el año pasado vimos que era necesario llevar a cabo una restauración más importante».

Esta hermandad ilicitana tiene su origen en 1986 en el seno de la Asociación de Antiguos Alumnos Salesianos. En 1990 se constituyó la entidad que tuvo como primer hermano mayor a Carlos J. Berenguer Sánchez. Fue en el año 1991 cuando realizó su primera salida, partiendo y regresando al Colegio Salesiano San Rafael.

Desde su inicio se propuso la tarea de desarrollar una labor social destinada a los jóvenes y clases sociales más desfavorecidas. Por este motivo en 1995 inició el proyecto CRISMOR, y su campo de acción se centra en la obra conocida como Casita de Reposo.

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