El candidato del PSOE, Carlos González, enviará un informe a los órganos superiores del partido para incluir a sus afines en la lista electoral para el 26M, en contra de lo que la ejecutiva ha dictado y lo que la militancia votó el sábado. El alcaldable ha decidido mover ficha, tal y como las normas del partido le facultan, para decir al PSPV y a Ferraz que quiere a su gente de confianza en los puestos de salida, después de que la dirección del partido haya dado solo a la edil de Hacienda, Ana Arabid, opciones para ser concejal, al incluirla como número 8.
Tras conocer la propuesta del secretario general, Alejandro Soler, respaldada por la comisión ejecutiva, Carlos González anunció ayer que defenderá su «criterio político», apelando a la necesidad de «fortalecer y mejorar la candidatura» y a la importancia de contar con un «equipo completo y cohesionado». Y eso pasa porque su jefe de gabinete Miguel Serna, además de los concejales Pepe Pérez y Tere Maciá, estén entre los diez primeros. Un movimiento que se traduce en tener que hacerle hueco a estos tres nombres en los primeros puestos en una lista electoral que ya está ordenada por la ejecutiva y que todavía tiene que ser ratificada por el comité provincial, autonómico y federal.
Con su habitual tono conciliador y respetuoso, el candidato socialista no quiso desmerecer a los 26 compañeros del partido que la cúpula de Alejandro Soler ha colocado en la lista, a los que mostró su respeto y calificó de «excelentes candidatos». Tampoco quiso hablar de «choque» de posturas y prefirió referirse a «un proceso democrático».
Diferencias evidentes
Sin embargo, con su maniobra refleja que sigue sin estar de acuerdo con la candidatura que la ejecutiva quiere para concurrir a las elecciones municipales y que, por lo tanto, pondrá pegas a lo que el «aparato» del partido ha decidido. De hecho, con el paso adelante del candidato, se vuelve a evidenciar la diferencia de criterios entre alcaldable y ejecutiva, además de las desavenencias internas que durante estos días sobrevuelan en el socialismo ilicitano. Pese a todo ello, a preguntas de los periodistas, Carlos González aseguró ayer públicamente que no se ha planteado dimitir porque se «siente respaldado y con apoyos».
Malestar con el proceso
La candidatura diseñada por la ejecutiva cuenta con gente totalmente nueva y tan solo repiten los concejales Ana Arabid (la única afin al candidato), Patricia Macià y Héctor Díez, en el puesto cuatro y nueve, respectivamente, aunque ambos llevan tiempo alejados de Carlos González, sobre todo, desde que se pusieron del lado de Alejandro Soler en las primarias. El gran beneficiado de la criba ha sido el portavoz de la ejecutiva, Ramón Abad, que pasa a ocupar el tercer puesto.
Precisamente, el orden que ha aprobado el «aparato» del partido ha dado mucho que hablar en las filas socialistas, al ver que los resultados de las votaciones de los militantes del sábado distan mucho de los puestos que ha ordenado la ejecutiva. Lo que más ha sido cuestionado es la posición en la que han quedado relegados Héctor Díez y Patricia Macià, los candidatos más votados por los militantes en una consulta que, si bien no era vinculante, lo cierto es que en la reunión de la ejecutiva nadie se atrevió a objetar nada y todos dieron ante Alejandro Soler su beneplácito al orden propuesto, sin embargo, ayer afiliados de dentro y fuera de la dirección del partido cuestionaron el proceso democrático.
Quien no tuvo reparos en mostrar su contrariedad con el orden fue la militante socialista, Loli Asencio, quien se mostró a favor de respetar el orden establecido en el resultado de la votación realizada el sábado pasado en la asamblea, ya que la militancia llevaba mucho tiempo pidiendo participar en la elaboración de las candidaturas y que estas fueran abiertas.
