Los procesos internos de los partidos políticos nos cuentan mucho más sobre quiénes quieren gobernarnos que las propias elecciones. Cuando vas a depositar tu voto, la suerte ya está echada. Viene esto a cuento de lo que ha pasado durante los últimos días en el PSOE de Elche, aireado por INFORMACIÓN, después de que dos días antes de cerrarse el plazo para la presentación de los aspirantes a formar la candidatura que irá a las municipales se filtrara entre los afiliados una lista, con 26 nombres (trece hombres y trece mujeres, como marcan los cánones de esta igualdad que, para algunas cosas no termino de entender) que sin llevar por ninguna parte el sello de la ejecutiva que comanda Alejandro Soler, todo el mundo sabía quién había dado la orden.

Lo más llamativo en esa lista, eso que los que están en el bosque no pueden ver, es el desprecio demostrado al que va a ser su cabeza visible para las municipales ante la ciudadanía que escucha, lee o ve lo que está sucediendo y que es la misma a la cual dentro de un mes le dirán que se ha hecho "el mejor equipo para el futuro de la ciudad". Decir que la ejecutiva quiere colocar a los 26 peones del PSOE sin que Carlos González pueda meter a nadie de su equipo, admitir que nos quieren poner como alcalde para la ciudad a uno en el que no creen, es la pura realidad por duro y triste que parezca.

El PSOE de Alejandro Soler no quiere a Carlos González ni en pintura, pero lo pondrá al frente de un equipo que, si alguno cree en él, ya se guardará de demostrarlo no vaya a convertirse también en otro caso Ana Arabid, Pepe Pérez o Tere Maciá. No olvidemos que González acabó como candidato porque nadie se quiso enfrentar a él... pese a tener el peso y respaldo que lo hubiera tenido de la ejecutiva porque, supongo, los aspirantes a sucederle en 2023 preferirán que alguien los coloque a dedo que jugársela a todo o nada, que es lo que habría pasado. ¡Ojo!, la lista de la ejecutiva, es cierto, incluye dos concejales del actual equipo: Héctor Díez y Patricia Macià, quienes hace mucho, pero que mucho tiempo, cambiaron de bando por discrepancias con el regidor que, elegantemente, no han exteriorizado más que tras algún café. Y esto es perfectamente lógico en política y no seré yo quien lo critique pero ellos no pueden ser en modo alguno parte de la cuota que la ejecutiva le brinda a su candidato, sus peones, más bien son dos alfiles o dos torres pero del "enemigo" en el mismo partido pero compañeros en el mismo salón de plenos.

Pero, sabiéndose Alejandro Soler el jefe del partido, conociendo que quien está liderando el PSOE en Elche, València o Madrid, tiene casi siempre las de ganar, ¿para qué se mete él y los suyos en este charco cuando, en definitiva, qué le importará que en esa lista de 26 salgan dos, tres o diez afines al regidor cuando es él, con la ejecutiva, el que tiene que ordenarlos con cierto sentido para las municipales? Ahí comienzan los trapos sucios (y los que no sabemos). Hay cosas que uno puede contar en una barra de bar porque publicarlas no podrá publicarlas nunca, otras que se las callará de por vida por esta parte de oficio de sacerdote al que algunos aún nos dedicamos y algunas más que solo puede contar en una opinión, como es el caso. Cuentan en el PSOE que todo lo que ha pasado esta semana, que les salpica a ellos mismos y a su imagen, viene a cuenta de peones que Soler quiere colocar en València a cuenta de la lista autonómica, como Francis Rubio, su mano derecha, pero allí no cuenta con el plácet de Ximo Puig. Y el ver mejor colocado a nombres más o menos afines a González, como es el de Pepe Pérez, ha sido más que suficiente para buscar una venganza o demostrar que el que manda es él. Un inútil puñetazo en la mesa. Por eso todo se ha plasmado en una lista de 26 nombres dada a conocer a los militantes 48 horas antes de que se abran las urnas, hoy sábado, en ese que los políticos llaman con cierto eufemismo la "fiesta de la democracia" (en este caso interna). Ayer viernes se filtró una segunda lista en la cual, ya entre los 41 aspirantes, vienen señalados con cruces los 26 que hay que votar por parte de los afiliados, que ya se pueden imaginar ustedes que no son más que los ungidos por el secretario general local socialista.

En definitiva, laminar a todo aquello que huela a Carlos González para las municipales en la cual él será su candidato. De locos.