Los vendedores del Mercado Central saldrán a la calle para protestar por la situación de parálisis que atraviesa el edificio de abastos y lo harán respaldados de comerciantes, empresarios y vecinos. El tripartito tendrá que lidiar con este nuevo frente a siete meses para las elecciones locales y, con, además, la negativa de la empresa concesionaria del proyecto a desmantelar la terraza de las instalaciones provisionales, consideradas ilegales por el Ayuntamiento desde hace ocho meses.

El colectivo de placeros, partidarios de tirar abajo el inmueble, construir uno nuevo y hacer un parking subterráneo, ha convocado la concentración para el próximo jueves, a las 20 horas, en la Glorieta. Un anuncio que se produce tan solo un día después de que el alcalde, Carlos González, manifestara su intención de tener una decisión sobre el Mercado antes de finales de año, una vez que el comité asesor de la Unesco se pronuncie de nuevo sobre el impacto del proyecto en el Misteri, después de que ya alertara de que el Patrimonio de la Humanidad corría peligro por el tráfico que generaría el aparcamiento en el entorno de la Casa de la Festa.

Sin embargo, el hartazgo de los vendedores del Mercado viene de lejos, al superar ya los tres años en las instalaciones provisionales, y sus intenciones de salir a la calle para protestar no cogen de sorpresa a nadie, sobre todo, tras los últimos acontecimientos con Icomos y, especialmente, al ver cómo el mandato ha llegado casi a su fin y el proyecto del Mercado sigue estancado. Es más, la asociación Nuevo Mercado de Elche, acusa al equipo de gobierno de «desoír a sus vecinos», y de gobernar «solamente con una dirección política y por los intereses de los partidos que lo forman». No son los únicos reproches que han lanzado al ejecutivo local en un comunicado con el anuncio de la protesta. En esta línea, los placeros han cargado contra los daños colaterales que sufre el centro de Elche por la imagen que da el edificio de abastos cerrado desde hace meses. «No se puede tener un centro obsoleto, sin atractivo y lleno de obstáculos por las ruinas que se están dejando por un capricho político», criticaron ayer.

Es más, apuntan a que los más afectados son los vecinos «por estar sufriendo las calamidades de los cortes de calles, vallados y suciedades» y califican la situación que atraviesa el centro como «una masacre de la zona histórica y comercial». Con esos argumentos, los vendedores contarán con el apoyo del tejido empresarial ilicitano, como el del Círculo Empresarial de Elche y Comarca (Cedelco), la Asociación de Empresas de Servicios de Elche y Comarca (Aesec) y la Asociación de Vecinos de la calle Ángel y adyacentes.

La intención de los organizadores de la concentración es dar turnos de intervención a los representantes de las diferentes entidades que respaldan la protesta para expresar sus quejas y reivindicaciones hacia el Ayuntamiento. Antes, los vendedores del Mercado tienen previsto reunirse con el equipo de gobierno para trasladarle en persona su malestar con la gestión municipal respecto al proyecto.

Otro frente

Otro pulso es el que también acaba de echarle la empresa concesionaria del proyecto al Ayuntamiento. Aparcisa se ha plantado contra la orden del Ejecutivo local que pasa por desmantelar la terraza del Mercado provisional abierto en la avenida de la Comunidad Valenciana.

Hace un mes el tripartito acordó comunicar a la empresa que la instalación no era legal, ni legalizable, después de que en febrero ya lo advirtiera la Concejalía de Urbanismo. Y esta semana la empresa ha contestado al Ayuntamiento oponiéndose a la clausura de la terraza que da servicio a la cafetería al alegar que sí que es legal, pese a que supone una modificación del proyecto original. Tras dar a conocer su postura a la Administración local, afirman que están dispuestos a pelear en los tribunales por mantenerla. De nuevo, amenazan con recurrir a la justicia, al igual que ya hicieron este invierno, cuando cifraron en 15 millones las indemnizaciones que pedirán al Ayuntamiento en caso de tener que rescindir el contrato.

Con la terraza, la empresa reconoce que en la documentación inicial de las instalaciones no constaba la propuesta de la instalación y de su cerramiento, pero que después presentaron las solicitudes pertinentes. El argumento en el que se basó Urbanismo para considerar la obra irregular es que la empresa ha ampliado la superficie de las instalaciones sin que el proyecto inicial contemplara esta posibilidad ni tampoco la necesidad de construir una terraza cubierta en un mercado pensado para albergar los puestos trasladados desde el antiguo edificio hasta que se resuelva el futuro del proyecto.