La familia de Patricia Aguilar lo tiene claro: lo más importante ahora, tras la recuperación de la joven, es que ningún caso como este vuelva a ser noticia. Para ello, y mientras se desarrolla la causa judicial contra Félix Steven Manrique, el líder de la secta peruana que captó a la ilicitana, la familia lucha por conseguir una ley que permita actuar en casos como el de Patricia, para que las víctimas puedan ser rescatadas. La iniciativa, que lanzaron tras la vuelta de Patricia ha España, ya acumula 184.000 firmas, por lo que está muy cerca del objetivo de 200.000 que se propuso inicialmente.

La familia quiere que la ley ampare este tipo de casos porque actualmente la justicia española tiene poco margen de maniobra, pues en la mayoría de casos, al ser mayores de edad, poco pueden hacer las autoridades, como pasó en el caso de Patricia, que estuvo un año y medio en Perú hasta que fue rescatada después de que la Fiscalía de allí iniciara una causa por trata de personas.

«En este tiempo, han sido incontables los abusos, maltratos físicos y psicológicos que ha sufrido. El líder la puso en contra de su familia, y amenazó para que no abandonase el grupo porque su acción, tendría consecuencias fatales para ella y el resto. La única forma de vida era obedecer las órdenes de del líder, un peruano de 35 años llamado Félix Steven Manrique. Un tipo que descubrió que jugar a ser un líder y captar a mujeres, para que lo mantuvieran y de las que pudiera abusar sexualmente, era una forma de vida, y en algunos países no estaba penado por las leyes, focalizando sus miradas en esos lugares para captar», reza la petición.

Otra menor

La familia sospecha, a raíz de los mensajes intercambiados por Patricia y el líder de la secta, que estuvo a punto de captar a otra menor del País Vasco. Por tanto, aseguran que el cambio legislativo es primordial para evitar nuevos casos, y que las autoridades puedan actuar contra las sectas, pues las víctimas pierden por completo su capacidad de juicio y no puede considerarse, pese a que se trate de personas adultas, que se han ido por su voluntad.

La propia Patricia Aguilar ha contado en un vídeo, que se acompaña a la petición de firmas, cómo se fue de casa en enero de 2017, al cumplir los 18 años, para ir a reunirse con Manrique, con quien mantenía lo que entonces consideraba una «relación a distancia». «Cuando llegué me encontré con un hombre de 33 años, de apariencia normal, pero muy inteligente. Aunque no vi rastros de que pudiera ser lo que él afirmaba: 'El Enviado'», relató.