La sierra del Molar, en La Marina, sufre dos problemas importantes. Uno de ellos es fruto de la falta de concienciación de la ciudadanía, y el otro como consecuencia de la sequía y las plagas.

El primero de ellos tiene que ver con la escombrera improvisada en que se ha convertido cada rincón de este paraje, que en lugar de ofrecer una imagen idílica, por su proximidad al mar Mediterráneo, presenta un aspecto lamentable que sufren en primera persona los vecinos que siguen caminando por allí.

«Por mucho que limpien algunos puntos, al cabo del tiempo vuelven a aparecer restos de obra y basura, que campan a sus anchas por la pinada», explica Antonio Marín, uno de los vecinos de la zona que intenta disfrutar de paseos por esta zona verde próxima al núcleo urbano de la pedanía. Una queja que secundan los colectivos vecinales de esta zona de Elche.

Una de las áreas más afectadas por esta práctica totalmente ilegal está situada detrás del cementerio de La Marina, en los márgenes de la antigua carretera que unía el casco urbano con Elche, pero se pueden ver montones de escombros y basura repartidos por toda la sierra.

Restos de obra, lavabos, palés, sillones y sofás son algunos de los elementos que ya forman parte de la decoración del paisaje de la Sierra del Molar, así como botellas de vidrio que, por otro lado, ponen constantemente en peligro la zona por posibles incendios.

A este problema, el vertido ilegal de escombros, se suman el de los árboles secos que, cada vez más, abundan en este paraje natural. La falta de agua, por la sequía, debilita los pinos, que son más débiles ante la acción de plagas como la del tomicus, apunta el concejal de Medio Ambiente de Elche, Antonio García.

No obstante, la conservación del espacio natural de la Sierra del Molar, como la pinada de La Marina, dependen de la Conselleria de Medio Ambiente.