Entre el 3% y el 5% de la población es hiperactiva. Un transtorno, el del Déficit de Atención e HiperactividadDéficit de AtenciónHiperactividad, que afecta principalmente a los niños y cuya mayor consecuencia es el fracaso escolar por esa incapacidad para concentrarse que caracteriza a quienes lo padecen. Sin embargo, el jefe de Pediatría del Hospital General, José Pastor, asegura que la mayoría de casos son leves y, aunque tienen que seguirse de cerca para evitar problemas en el futuro, en la mayoría de casos basta con introducir pequeños cambios y patrones de conducta tanto en los pequeños como en su entorno para reconducir la situación y evitar que este trastorno arrastre sus consecuencias en la edad adulta.

«No hay que crear alarma, ni tampoco quitarle importancia, que la tiene, pero en los últimos años hemos tendido a sobrediagnosticar estos casos. Para empezar, yo no hablaría de niños con déficit de atención e hiperactivos entre menores de cinco años. Hasta que no se llega a la edad escolar obligatoria es muy difícil saber si tiene o no estos problemas. Los niños, al fin y al cabo, son niños. Unos son traviesos, son más activos que otros... Pero eso no significa que sea hiperactivo», señala Pastor.

De hecho, afirma que la mayoría de pacientes que llegan a las consultas de Pediatría lo hacen por casos menores, en los que, con un poco de ayuda en casa y en el colegio, se puede reducir el problema. «Muchas veces basta con estar un poco encima del niño para que se concentre, haga los deberes, lleve un control de las tareas escolares que debe realizar, y se le eche una mano con ellas», dice. No obstante, alerta de que «el problema es que tendemos a buscar un problema médico para todo. El buscar la pastilla que arregle cualquier cosa, y a veces tomamos como un problema algo que no lo es tanto.

Aun así, reconoce que hay muchos otros niños que sí requieren esa atención médica, que se inicia a nivel psicológico y que pasa a neuropediatría o la unidad de Salud Mental en los casos más extremos. «Principalmente, la ayuda debe ser a nivel psicológico, y la medicación solo en los casos más graves». Los medicamentos, de la familia de las anfetaminas, se utilizan para mejorar la atención, pero, debido a sus efectos secundarios, los médicos son partidarios de administrarlos solo como último recurso.

Precisamente para mejorar esa atención psicológica, desde la Asociación de Déficit de Atención con y sin Hiperactividad y otros Trastornos del Aprendizaje (Adahta), realizaron una concentración en la Plaça de Baix para concienciar sobre la necesidad de invertir en medios para mejorar la vida de los pequeños afectados. Así, su portavoz a nivel local, Reyes López, reivindicó que se invierta en más personal de apoyo en las aulas para ayudar a los niños que necesitan estas atenciones especiales, así como el apoyo de psicopedagogos y refuerzos de docentes.

Fracaso escolar

Desde el Hospital General aseguran que en la mayoría de casos, esos déficits de atención mejoran en la edad adulta, a medida que los niños se van desarrollando y van ganando interés en aquello que hacen. La consecuencia más directa de estos déficits de atención es el fracaso escolar, por esa incapacidad de seguir el ritmo de sus compañeros al no ser capaces de concentrarse en la actividad del aula. En este contexto también cobra importancia la necesidad de reducir el número de alumnos por aula. Según la Adahta, hay una media de dos niños con este trastorno por aula, por lo que los profesores deben disponer de tiempo extra para dedicarle las horas necesarias, y con muchos alumnos en clase, no es posible ese esfuerzo extra.