El incendio de la nave industrial, dedicada a la fabricación de caucho, el pasado martes por la noche, y que los efectivos de bomberos lograron dar por extinguido ayer por la tarde, tras casi 24 horas, ha puesto de nuevo sobre la mesa la reivindicación de que la villa marinera cuente con un retén permanente de bomberos y que el Área Operativa del Baix Vinalopó sea reforzada con más personal. Así lo expresaron ayer trabajadores del polígono IN2, donde se produjo el suceso, representantes sindicales de los bomberos y la alcaldesa de la villa marinera, Yolanda Seva. El objetivo pasa por dejar de depender de los efectivos del Parque Comarcal de Elche. Además, a la necesidad de una nueva instalación en la localidad se suma el déficit de bomberos de toda el área operativa. La ratio en la comarca es de un efectivo por cada 3.920 habitantes, muy lejos de la media nacional, que es de uno cada 2.000 habitantes.
Esta escasez de recursos hizo que en la noche del martes bomberos de Benidorm y Almoradí tuvieran que reforzar los parques de la comarca del Baix Vinalopó, pues todas las unidades se encontraban en la nave. Esto, a su vez, hizo que unidades de Orihuela se desplazaran a Almoradí.
Desde el Consorcio Provincial de Bomberos, apuntaron ayer que esta redistribución de bomberos es «la operativa habitual ante este tipo de situaciones. Funcionamos, a nivel de Consorcio, como un conjunto, no por parques, y los bomberos se van distribuyendo según las necesidades». Por otra parte, añadieron que actualmente están en fase de negociación tanto con sindicatos, para atender las necesidades de los trabajadores, como con colectivos sociales, para atender también sus reivindicaciones. En este sentido, recordaron que a finales de año está prevista la incorporación de 90 nuevos trabajadores, y una vez distribuidos, se verá la posibilidad de ampliar y establecer este retén permanente en Santa Pola. Hasta 2014 la localidad contaba con un retén en verano, pero se suprimió en 2014 para trasladar a los efectivos al interior de la provincia ante el riesgo de incendios forestales.
«Es surrealista que a día de hoy los responsables del Consorcio y sus políticos no contemplen dotar a Elche de una segunda (unidad) completa y de un retén en Santa Pola como ha estado durante muchos años», apuntaron ayer fuentes sindicales.
La alcaldesa de Santa Pola, Yolanda Seva, manifestó que exigirán al subdelegado del gobierno que, si no ese retén permanente, al menos vuelva el que se instauraba en verano. La petición será trasladada en persona el próximo 22 de mayo, cuando tendrá lugar una junta de seguridad local para preparar todos los efectivos de cara al periodo estival, «cuando la población supera las 200.000 personas. Santa Pola se merece ese retén. Pagamos 180.000 euros al año al Consorcio», matizó.
Refuerzos
Los refuerzos de los diferentes parques de la provincia se retiraron en las últimas horas de la madrugada de ayer, cuando bomberos del Subarque de Crevillent asumieron las labores de extinción de los diferentes rescoldos que quedaban del incendio. Estos trabajos se demoraron hasta pasadas las 20 horas de ayer.
La nave calcinada, de la empresa Caumed Polímeros y perteneciente al grupo de Cauchos del Mediterráneo, se utilizaba principalmente como almacén, por lo que los cerca de 40 trabajadores de la mercantil pudieron continuar sus labores con relativa normalidad. «En el momento en el que nos han dicho que podíamos entrar, no lo hemos dudado. No sabemos hacer otra cosa, y seguiremos trabajando», apuntó ayer el encargado, Antonio Gómez. El trabajador explicó que el grupo cuenta con varias naves en el polígono.
De hecho, la nave colindante, que logró salvarse de las llamas, pertenece a la misma empresa. Es ahí donde se encuentra la maquinaria más inflamable y la de mayor valor, por lo que, «dentro de la gravedad, es un mal menor». Además, a escasos metros del lugar donde se produjo el incendio, se encuentran levantando otra nave, que en principio iba a destinarse a ampliar las instalaciones de almacenaje. La empresa pondrá ahora el acento en finalizar cuanto antes. Gómez apuntó a que no corre peligro ningún puesto de trabajo, pues la nave incendiada recoge la actividad última de la cadena de producción, y su capacidad de fabricación hace que se puedan realizar estas labores en las otros lugares.
