El riesgo que pueden suponer las columnas de humo para los aviones ha llevado a la ciudad a tomar medidas para evitar entorpecer los vuelos del sexto aeropuerto con más actividad del país, que en un solo año ha llegado a superar los 12 millones de pasajeros.

De hecho, tras la petición expresa de El Altet, el Ayuntamiento ha aprobado esta semana restringir las quemas agrícolas a las fincas emplazadas dentro del área de seguridad y servidumbre de la estación aeroportuaria.

La modificación introducida dentro del Plan Local de Quemas afectará a más de 2.500 viviendas situadas en zona rústica, según contabilizaron desde el equipo de Gobierno. La normativa municipal reconoce expresamente que se ha comprobado que las quemas de restos de poda y de cosechas afectan a la irregularidad del área y la seguridad operacional del aeropuerto. Asimismo, precisa que en las operaciones de aterrizaje y despegue de las aeronaves comerciales y de la aviación ligera (avionetas u otras) se utilizan herramientas y reglas visuales para su orientación y manejo de operaciones. Por ello, el Consistorio ha incorporado tres cortapisas para salvaguardar la seguridad del tráfico aéreo.

Entre los requisitos, los propietarios de las fincas ubicadas en ese perímetro, tendrán que mantenerse junto al fuego y no ausentarse en ningún momento hasta la extinción de las llamas y la finalización de la emisión de humos.

La segunda exigencia tiene que ver con la carga de las hogueras, que deberá ser moderada. En concreto, deberá realizar pequeños montones que no superen los 3 metros de anchura y la llama no podrá sobrepasar 1,5 metros de altura. Es más, el contenido de la fogata deberá estar libre de todo material no vegetal y de restos de poda verde. A estos condicionantes se suma los propietarios de estas fincas tendrán la obligación de contar con una manguera o remolque cisterna de como mínimo 300 litros de agua, por si la columna de humo fuera densa y fuera necesario detener la quema con urgencia para no perturbar las condiciones de seguridad en el aeropuerto.

De esta forma, los residentes de las viviendas afectadas tendrán que cumplir con este nuevo reglamento añadido al Plan Local de Quemas elaborado en el año 1996. «Desde el aeropuerto nos pidieron requerimientos extra, debíamos llevar un control más estricto. Antes que prohibir directamente el fuego en estas zonas, se ha decidido poner condicionantes y ha habido consenso entre todos los agentes implicados, que han entendido la situación», señaló el concejal de Medio Ambiente, Antonio García.

En este sentido, esas nuevas reglas obtuvieron, según el edil del área, el visto bueno de los partidos políticos, los colectivos del campo, el propio Aeropuerto y el Ayuntamiento. Todos ellos integrantes del consejo agrario. A ello se suma la aprobación por unanimidad de toda la corporación en el último pleno municipal.

En caso de incumplimientos, las infracciones se comunicarán a la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente, competente en la prevención de incendios.