El Juzgado de lo Penal 3 de Elche ha condenado a un matrimonio por comprar un bebé nacido en Elche en el verano de 2011 comprar un bebéa una madre con retraso mental ligero y adicción crónica al alcohol a la que también se ha considerado culpable de los mismos delitos (aunque con menor pena por la eximente incompleta de su alteración psíquica). El hombre y la mujer que «adquirieron» el bebé han sido condenados a un año y dos meses de prisión y cinco años de inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de la patria potestad por un delito de alteración de la paternidad, y a siete meses de prisión y otros tantos de multa por un delito de falsedad en documento oficial. La progenitora, por su parte, cumplirá por el primer delito seis meses de prisión y dos años de inhabilitación para la patria potestad, y tres meses de prisión y tres de multa por el segundo, pero con la obligación de someterse a tratamiento médico externo por tiempo de dos años por cada delito, como medida de libertad vigilada.
La sentencia, contra la que cabe recurso de apelación, expone como hechos probados que, meses antes de dar a luz en el Hospital del Vinalopó, la gestante tuvo contacto con un matrimonio que había tenido dos embarazos frustrados, se había sometido a tratamientos de fertilidad y se había interesado por adopción de menores sin resultados. La embarazada había tenido antes otros hijos cuya custodia le fue retirada por Servicios Sociales, por lo que según defendió la fiscal durante el juicio y según ha considerado probado el juez, llegaron a un acuerdo: Entre los tres planearon que al nacer el pequeño se lo llevaría del hospital el matrimonio, que el hombre se haría pasar por el padre biológico en virtud de una aventura extramatrimonial inventada y que la esposa meses después lo adoptaría, con la aceptación de la madre biológica. La pareja se comprometía durante el resto del embarazo a pagar los cuidados médicos, alimentación y vestido de la gestante y a darle al final 500 euros, aunque según declaró la madre biológica a la Policía Nacional y al Juzgado de Instrucción nunca llegaron a entregarle la suma completa. En opinión de los forenses, la madre distingue el bien del mal, pero no es capaz de entender las consecuencias de delitos complejos o el valor del dinero más que en el corto plazo, por lo que pudo entender que la contraprestación era alta.
Acuerdo
Después de que naciera el niño, el hombre y la madre fueron al Registro Civil y le inscribieron como si fueran ambos los padres. Apenas dos meses después acordaron ante el Juzgado de Familia de Elche que él sería quien tuviera la custodia y que la esposa le adoptaría, dándose el expediente por finalizado en mayo de 2012. Un año más tarde, una expareja del hermano de la esposa comunicó a la Policía Nacional y a Bienestar Social que conocía de la compra del bebé y sospechaba que no estaba bien atendido, algo que en ningún caso se puso en duda en el juicio. Con sus indicaciones y el testimonio de los tres acusados (que reconocieron los hechos en su primera declaración en sede policial, a excepción de la esposa, aunque en el juicio la contradijeron alegando coacciones y maltrato por parte de los agentes) fue localizado el auténtico padre, un hombre que nunca quiso hacerse cargo del niño, según declaró.
El hecho de que el marido se negase a someterse a la prueba de paternidad muestra, según la consideración del juez, que sabía que no podía resultar positiva porque nunca había mantenido una relación sexual con la madre. El pequeño se encuentra a cargo de Servicios Sociales y en acogida desde que se practicaron las detenciones, en julio de 2013.
