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Un desahucio por error

Vacían el interior y cambian la cerradura de una casa libre de cargas al confundirse de dirección

Un desahucio por error

Llegaron un día a la que fue la casa de sus padres, que llevaba años cerrada después de su muerte, y se encontraron con que la llave no abría. Temiendo que se hubieran colado unos ocupas llamaron a la Policía y a un cerrajero, y lo que se encontraron fue un piso completamente vacío, sin los muebles y sin los recuerdos familiares de toda una vida, sin cortinas, sin sofá, sin camas, sin la ropa de los armarios... Buscando por internet y preguntando a los vecinos averiguaron que un una entidad bancaria había enviado a una empresa a vaciarlo en lo que -según han sabido después- fue una confusión en las señas postales.

Su piso, el piso que sus padres les dejaron en herencia en Carrús, estaba libre de cargas tal y como comprobaron en el registro de la propiedad, y sin embargo las fotos de su interior estaban en internet acompañando un anuncio de venta, identificado como de propiedad del banco y valorado en 48.180 euros. Una casa en venta procedente de una ejecución hipotecaria. Le ocurrió hace unos meses a los hermanos de la familia Fernández Mesas, que no se explican cómo puede darse el caso de que a alguien le cambien la cerradura de su casa y se la vacíen sin más.

Ante esta situación, se dirigieron a una oficina del banco preguntando por la casa, allí les reconocieron que había habido una confusión y que alguien se pondría en contacto con ellos para buscar una solución. Les llamó, cuentan los hermanos Jesús, Manuel y José Ramón, el responsable de una empresa de limpiezas de Alzira a la que el banco le encarga que vacíe los pisos de desahucios. Inicialmente se hizo cargo del error y les prometió una indemnización, asegurándoles que las cosas que de allí se llevó no se las puede devolver, porque las que servían se repartieron y las que no se tiraron a la basura. Es lo más doloroso para los hermanos, que sostienen que inicialmente sólo pidieron que les devolvieran las pertenencias de sus padres.

El 16 de mayo presentaron una denuncia en la Comisaría de Policía Nacional, relatando que fueron a enseñar el piso a un posible comprador y se encontraron con una cerradura cambiada y la otra forzada. Cuentan que una vecina les dijo que alguien de un banco había entrado allí con llaves, cuentan que el cerrajero que les devolvió la posibilidad de entrar en casa les dijo que exactamente así es como se dejan los pisos después de un desahucio... La denuncia la ampliaron el 9 de julio, ya apuntando a Bankia como la entidad que había cometido el error. Lo que ha venido después han sido llamadas y más llamadas, de un abogado que desdice al hombre que hizo la limpieza, de una abogada del banco, de otro... El banco les hizo una oferta: amueblarles el piso e indemnizarles con 5.000 euros.

Para nada les convence, y de hecho hace unas semanas su abogado ha iniciado los trámites judiciales para que se celebre un acto de conciliación en el que Bankia se avenga a indemnizarles con 150.000 euros. Si no llegan a un acuerdo prevén ir a juicio: «Se han llevado toda la vida de mi madre, que murió con 93 años, además de hacernos quedar entre los vecinos como unos morosos que nos hemos dilapidado la herencia... es mucho daño moral y sentimental el que nos han hecho y además se desentienden, ¿esto a qué nos lleva? A que a los bancos les protege una ley de desahucios que aplican a muerte sabiendo que a ellos no les va a pasar nada», dice Jesús Fernández. Su hermano Manuel plantea que «si yo rompo la cerradura de su despacho y me llevo un ordenador voy a la cárcel, pero ellos entran en nuestra casa y arrasan y no pasa nada, esto es un robo con máquina de taladrar, nos ha robado Bankia». José Ramón dice compungido que ha tenido que ir seis meses al psicólogo por este asunto, por la impresión que le causó ver la casa de su madre desmantelada.

Entidad

La entidad bancaria aseguró ayer que «Bankia es ajena a la entrada y limpieza por error de esa casa y sin embargo, independientemente de ello, nos hemos puesto en contacto repetidas veces con la familia para intentar subsanar el posible daño pero no hemos podido llegar a un acuerdo económico». Al parecer, el banco tiene una vivienda adjudicada en ese mismo edificio y habría sido la empresa de limpieza que subcontratan para vaciar el inmueble la que se equivocó de planta e hizo las fotos que después llegaron a la web inmobiliaria, si bien esta explicación no convence a la familia, que no entiende cómo se pudo llegar a cambiar la cerradura y tirar los muebles y los objetos sin más.

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