El exalcalde de Elche Alejandro Soler declaró ayer en el Juzgado de Violencia Contra la Mujer inmediatamente después de que lo hiciera su exmujer, Manuela Gonzálvez, y abandonó la Ciudad de la Justicia con una orden de alejamiento dictada por la jueza y con la fecha fijada para un juicio penal. Será el próximo día 26 cuando el hasta ahora portavoz del grupo socialista en la Diputación de Alicante sea juzgado por el supuesto maltrato que denuncia su expareja, y por lo que el fiscal solicita en su escrito provisional -que podrá variar antes o durante la celebración del juicio- que se le considere autor de varios delitos de malos tratos y amenazas en el ámbito doméstico, según las fuentes judiciales consultadas por este diario. A este escrito se adhirió ayer la acusación particular.

Gonzálvez le define en su denuncia y en su declaración como un hombre «controlador, celoso y que en ocasiones mostraba comportamientos agresivos», y relata un clima de malos tratos durante su matrimonio y una agresión el pasado domingo, en el transcurso de un encuentro en el que Alejandro Soler habría acudido al domicilio conyugal a recoger a su hijo menor, de quien tienen la custodia compartida y que habría estado presente en los hechos. Por esta supuesta agresión acompaña su denuncia de partes médicos en los que se refleja que refiere molestias en un codo y en las cervicales o que se le vendó un brazo, al parecer por un supuesto empujón. En cualquier caso, ayer pasó por un reconocimiento en la clínica forense, tras llegar en torno a las 10.30 horas y justo antes de prestar declaración. Posteriormente, cerca de las 15 horas, abandonó la Ciudad de la Justicia por una salida trasera para evitar a los periodistas. Su abogado confirmó que se ha fijado el juicio y que se habían decretado medidas cautelares, aunque rehusó dar más información.

Conformidad

El exalcalde de Elche llegó cerca de las 11 y esperó frente al Juzgado de Violencia Sobre la Mujer su turno para declarar. Negó los hechos drásticamente y no consintió en llegar a una conformidad, por lo que el asunto se verá en un juicio rápido (dentro de dos semanas) en el Juzgado de lo Penal número 1 de Elche. En el caso de que fuera condenado, podría presentar recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Alicante. Al término de su declaración y también en torno a las 15 horas atendió a los medios de comunicación en la puerta de la Ciudad de la Justicia para mantener su versión de que la denuncia es falsa, como ya dijo el martes por la noche al abandonar la Comisaría de Policía Nacional (tras prestar su primera declaración).

Soler mostró su «agradecimiento» por la celeridad en el señalamiento de la vista oral, porque se celebrará «en un plazo relativamente corto» y añadió que «todo se podrá aclarar, se podrán presentar testigos y quedará absolutamente clara mi inocencia, confío plenamente en la justicia y sigo pensando lo mismo, que el día 26 se podrán esclarecer todos los hechos que se me imputan», remitiendo a su abogado para las cuestiones «técnicas», aunque el letrado rechazó ofrecer más información.

La noche anterior había manifestado que «siempre he defendido y sigo defendiendo la lucha contra la violencia de género, que es el delito más miserable y más execrable que existe, pero el aprovechamiento de la Ley de Violencia de Género contra una persona por intereses personales es igualmente miserable y execrable», refiriéndose a Manuela Gonzálvez, de la que se separó hace un año y medio aproximadamente.

Repercusión

En cuanto a la repercusión que este asunto tiene sobre su posición política como concejal de oposición en el Ayuntamiento de Elche, diputado y portavoz del grupo socialista en la Diputación Provincial o secretario general del PSOE a nivel comarcal en el Baix Vinalopó, Soler añadió que «en este breve espacio de tiempo hasta el juicio y con el objetivo de no dañar la imagen de mi partido, voy a pedir la suspensión de funciones y de militancia». Preguntado por su acta de concejal y de diputado, el que fuera alcalde de Elche entre 2007 y 2011 aseguró que «voy a suspender mi actividad» en todos sus cargos políticos de forma temporal, a la espera de la sentencia absolutoria que confía en obtener tras el juicio.