Las lesiones de los futbolistas suelen ser, en muchas ocasiones, caprichosas y pueden retrasar la reincorporación, como le está ocurriendo a Ramón Folch, o adelantarla como le ha pasado al lateral izquierdo del Elche Juan Cruz, que estaba previsto que se recuperase en un mes y en apenas tres semanas ha vuelto a jugar.
Folch está viviendo un proceso totalmente contrario y un caso extraño. El pasado 5 de octubre terminó el encuentro en el Martínez Valero frente al Rayo Vallecano con molestias en el aductor. No se recuperó para el siguiente partido en Girona y Pacheta dijo que se trataba de un «pequeño problema» y que el centrocampista iba a tener para «diez o quince días».
En principio, los plazos se fueron cumpliendo y el 17 de octubre el futbolista catalán ya empezó a correr por el campo anexo. Incluso se barajaba la posibilidad de que pudiese llegar a tiempo al choque contra el Sporting.
Sin embargo, todo cambió. Cuando estaba recuperado de la lesión en el aductor se produjo una sobrecarga en el gemelo (como se puede comprobar en la cinta verde que lleva en la fotografía). Esa situación le ha obligado a perderse también los encuentros en Huesca y ante el Mirandés. Además, Ramón Folch tampoco va a llegar a tiempo al partido del próximo domingo (12 horas) en el estadio de Riazor frente al Deportivo de La Coruña y se espera que pueda estar a disposición de Pacheta para el envite del sábado 16 de noviembre, en el Martínez Valero, contra el Almería.
De esta forma, lo que iba a ser un «pequeño problema» de «diez o quince» días ha derivado en dos lesiones de forma consecutiva que va a llevar al mediocentro catalán a estar de baja durante más de un mes y a perderse, como mínimo, cinco encuentros.
Cuando mejor estaba
Un contratiempo que ha llegado cuando mejor estaba el futbolista del Elche tras un comienzo de Liga un tanto titubeante y que había desatado alguna crítica de la afición. Folch subió su nivel con el transcurso de los partidos y las críticas se habían transformado en elogios y era el pivote fijo para Pacheta en el centro del campo franjiverde.
Una ausencia a la que se ha unido la de Nuke Mfulu y que ha dejado al entrenador del Elche con Manuel Sánchez y Gonzalo Villar como únicos mediocentros disponibles de la plantilla.
Mala suerte del franco-congoleño
El franco-congoleño tampoco está teniendo mucha suerte en su nueva etapa en el club ilicitano. Primero se perdió el estreno liguero contra el Fuenlabrada porque tuvo que cumplir un partido de sanción que arrastraba de la temporada pasada cuando militaba el Red Star de la Segunda División de Francia. Tras jugar los primeros minutos en Alcorcón fue titular y jugó todo el encuentro en Zaragoza mostrando un buen nivel.
Pero la semana siguiente,Mfulu sufrió una rotura fibrilar en la zona del cuádriceps, que le obligó a estar de baja durante un mes. Reapareció en Almendralejo frente al Extremadura y el pasado 20 de octubre, a los 20 minutos del choque ante el Sporting, sufrió otra rotura, en este caso en el aductor, que le ha obligado a parar de nuevo.
También está descartado para viajar a A Coruña y se confía en que, al igual que Ramón Folch, pueda estar a disposición de Pacheta en el encuentro ante el Almería. Ninguno de los dos ha comenzado ni siquiera a correr.
El cuerpo médico no va a arriesgar ni con el catalán ni con el franco-congoleño. Y menos conociendo las dos lesiones musculares que han tenido, prácticamente, de forma consecutiva. Hasta que no estén completamente recuperados no van a jugar. Además, ambos futbolistas tienen que encontrar buenas sensaciones durante los entrenamientos, porque, en muchas ocasiones, el tema psicológico por el temor a una recaída también influye.
El readaptador del club ilicitano Aitor Soler está trabajando de forma especial con Folch y con Mfulu y para que «aireen» sus cabezas y cambien el trabajo rutinario del gimnasio el pasado sábado se los llevó a hacer senderismo por el pantano de Elche.
