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Pere Milla, ¿el último discípulo del maestro Nino?

El atacante catalán quiere coger impulso en el Elche tras su fallido salto a Primera - Desea aprender al lado del histórico franjiverde

Pere Milla posa durante su presentación como jugador del Elche. antonio amorós

«La paciencia es la virtud de los ganadores». Esta es la frase de cabecera de Pere Milla (Lleida, 23/9/1992) y podría definir perfectamente una carrera futbolística en la que el catalán no para de buscar su sitio. Sin prisas, pero dando cada paso con firmeza. Y si hay que dar uno hacia atrás, que sea para tomar impulso.

Así se puede entender su aterrizaje en el Elche, tras un curso en Primera División con el Eibar que empezó con la palabra ilusión y terminó en el ostracismo. Era el momento de su gran salto a la élite. Sin embargo, desde el pasado 25 de septiembre y tras participar en cuatro de las seis primeras jornadas ligueras, únicamente disputó tres choques oficiales más: dos de Copa del Rey y 70 minutos en la jornada 34 de Liga. Le supo a poco.

Por eso ahora llega al Elche. Por eso se entusiasmó en vacaciones con las charlas a tres bandas, tanto con su representante como con Nico Rodríguez, director deportivo franjiverde, y Dani Carmona, mano derecha de este. La capacidad de persuasión fue tal que, en plenos días de desconexión con su novia, atendió la llamada del Elche para una reunión.

Allí se le expuso un plan que le convenció. Tenía otras ofertas de Segunda, pero apostó por el blanco y el verde del Elche, con el que ha firmado tres años. «Me convenció la ambición de crecer poco a poco», confiesa Milla.

Ahora toca hacer los deseos realidad. Uno de ellos ya lo ha podido cumplir. Pere Milla, como tantos otros futbolistas actuales, han crecido asociando dos palabras como sinónimas: Nino y gol. El catalán reconoce que le apasiona la idea de compartir vestuario con el almeriense. «Quiero aprender todo lo que es Nino, una leyenda del fútbol español», aseveró durante su puesta de largo como futbolista franjiverde.

Mal que nos pese, los días como jugador de Nino están tocando a su fin. El próximo mes de junio cumplirá 40 años y esta podría ser su última temporada como profesional. Por lo tanto, un futbolista como Pere Milla puede ser uno de sus últimos discípulos. Se manejan en posiciones semejantes y tanto el ilerdense como el de Vera serán dos de las piezas fundamentales del ataque para Pacheta. Habrá momentos para verles juntos sobre el césped, quizás con Milla escorado en una banda. Esta puede ser una conexión muy productiva para los intereses del Elche.

Paciencia y polivalencia son dos de las principales virtudes de Pere Milla. Es uno de esos futbolistas que, cuando están bien, son indetectables en la línea de la mediapunta. Pueden desequilibrar desde cualquier perfil y en diferentes acciones, con un regate, con una asistencia o un gol. Tampoco le falta olfato y sentido del oportunismo, tanto para aparecer por sorpresa en el área rival como para adueñarse de balones sueltos y rechazos.

Tras salir de su Lleida natal, Pere Milla ha sido un nómada en la busqueda de su hogar futbolístico. Le firmó el Getafe para su cantera y de ahí pasó al UD Logroñés, donde se desató su vena anotadora: 18 tantos en 42 partidos oficiales.

«Fidelizado» en el Eibar

El ruido de esa eclosión llegó no demasiado lejos de Logroño. En Eibar, Pere Milla formó parte de una de las apuestas de su director deportivo, Fran Garagarza: los fidelizados.

Se trataba de firmar a jugadores destacados de Segunda, Segunda B e incluso Tercera División para realizar la pretemporada con el primer equipo armero y permirtirles un crecimiento a través de cesiones. En el caso de Milla fueron dos: UCAM y Numancia.

En Murcia y Soria, Pere Milla fue madurando como futbolista, no solo con experiencias agradables. Por ejemplo, en el conjunto uniuversitario vivió un descenso sin entrar demasiado en acción hasta la parte final del curso, en la que fue un fijo.

Todo cambió en el Numancia, con el que volvió a disfrutar del fútbol. 44 partidos y seis goles, en una campaña en la que los rojillos soñaron con regresar a la máxima categoría, ya que disputaron el playoff de ascenso a Primera. El Valladolid les despertó del sueño.

El año de Pere Milla en Soria dio para mucho, incluso para algún highlight sonado a nivel nacional, como cuando le hizo un caño de espuela a Marcos Llorente o tuvo un rifirrafe con Carvajal durante la eliminatoria copera frente al Real Madrid. Días en los que mostró calidad y personalidad a partes iguales. «Fue mi mejor año, pero gracias a mis compañeros. Espero que en el Elche sea mejor», reconoce el nuevo futbolista franjiverde.

El premio a todo ese trabajo fue ganarse una plaza en la plantilla del Eibar en la élite, con un inicio y un final ya conocidos. Todo ese camino le ha conducido a Elche, donde espera hacer bueno su leitmotiv y triunfar en la ciudad de las palmeras. Para ello tendrá un maestro de garantías. A sus 26 años, Pere Milla puede ser el último discípulo de la leyenda Nino.

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