El Elche cayó ayer en el Nuevo Arcángel frente al Córdoba (1-0), debido a un gol de Héctor Rodas, en el minuto 81, y los franjiverdes se meten en un auténtico lío. Los pupilos de Alberto Toril se sitúan a tres puntos de la zona de descensodescenso y el final de Liga va a ser muy duro, mucho más de lo que se esperaba hace apenas un mes.

Lo que parecía una campaña sin muchos problemas, dominada por el amargor que estaba dejando el no haber sido capaz de luchar por los puestos de arriba, cuando parece existir equipo para ello tras el mercado invernal, se puede convertir en una auténtica pesadilla si no se es capaz de enderezar el rumbo.

Es momento de no perder la calma, pero habrá que poner el remedio lo antes posible. El dejar pasar ya no es la solución y la imagen dada ayer por el equipo ilicitano no invita al optimismo.

En estos momentos, los franjiverdes no son ni carne, ni tampoco pescado, y ahora no es momento de vivir en dudas, sino de dar un golpe encima de la mesa. El conjunto ilicitano parece estar metido en medio de la tormenta perfecta.

El Elche, que contó con las novedades iniciales de Pedro, que jugó como enlace por detrás de Nino, en sustitución de Pelayo, y de Edu Albacar como lateral izquierdo, intentó hacer un partido práctico y no cometer errores. Cuando parecía que todo lo tenía controlado, Luis Pérez provocó un córner de manera absurda y, a partir de ahí, Héctor Rodas, que no marcaba un gol desde su paso por el Elche, se inventó una chilena, al estilo de Hugo Sánchez, y mandó el esférico dentro de la red. Ver, para creer.

El 1-0 final deja a los franjiverdes al borde del precipicio y con un juego que no invita al optimismo, sino todo lo contrario. Toril afirmó esta semana que él no miraba hacia abajo, pero, a partir de ahora, deberá hacerlo porque se va camino de una muerte dulce.

El Elche buscó un punto y se quedó sin ninguno. Jugó a otra cosa de lo que mostró en partidos como Lugo, Nàstic o Levante, lejos del Martínez Valero, y le salió rana. El rival, con muchas dudas, invitaba a atacarle, pero Toril apostó por esperar en un día que no parecía el más propicio para hacerlo y resucitó al Córdoba, como hace una semana hizo con el Real Zaragoza.

Ahora, el equipo parece estar en un laberinto del que debe ser capaz Toril de sacarlo. Sus pupilos no saben si ir a por el rival o cerrar líneas y esperar para que, en una contra o a balón parado, tratar de decantar el duelo de su parte.

Al final, se ha quedado en medio, sin una cosa y sin la otra en el momento más complicado de la temporada en la que los equipos deben tener las ideas más claras. Los futbolistas deben ser capaces de dar el paso adelante porque ahora llegan dos partidos en casa ante Sevilla Atlético y Numancia en los que se deben sumar los seis puntos.

La primera parte resultó soporífera. El Córdoba comenzó fuerte, pero su ímpetu le duró apenas diez minutos. El Elche logró equilibrar el duelo y el miedo fue la tónica dominante de ambos. Ninguno de los dos contendientes quiso arriesgar y cometer errores y el fútbol resultó insulso.

Ante un rival timorato y con mucho miedo, los ilicitanos no quisieron arriesgar. Llevaron el encuentro a un callejón sin salida sin darse cuenta que estaba jugando con fuego . Al final se terminó quemando cuando parecía tener todo a su favor, en una jugada a balón parado, vio como un remate de Rodas besaba el fondo de la red.

La mejor ocasión

Borja Valle estrelló un balón en el palo de Kieszek, en el minuto 65, al rematar de cabeza un centro de Edu Albacar, que pudo decantar el partido del lado franjiverde, pero el balón no quiso entrar. La moneda cayó cruz, y, minutos más tarde, salió cara para los locales.

Los ilicitanos apostaron de principio por Edu Albacar para potenciar las jugadas a balón parado y, paradójicamente, en una de ellas, el conjunto andaluz logró los tres puntos y se escapa de forma momentánea de la zona de descenso. Murió con el mismo hierro que intentó matar al rival.

En los últimos minutos, Toril intentó a la desesperada empatar el partido dando entrada a los delanteros Guillermo y Malonga, pero el rival supo cerrar el duelo e impedir que el marcador se moviera, dejando a los franjiverdes en una situación complicada.