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El turismo nacional alivia la caída del sector náutico por el impacto del covid

La ocupación en clubes de la provincia roza el 90% en verano, pero no compensa las pérdidas de la crisis

El turismo nacional alivia la caída del sector náutico por el impacto del covid

Los meses de julio y agosto han mejorado las pesimistas expectativas que el sector náutico nacional y provincial vislumbraba al inicio de la pandemia y del estado de alarma por el parón de actividad que supuso, salvo para sectores esenciales, y por las restricciones con que se comenzó a operar en el inicio de la desescalada. Una mayor demanda nacional de familias y jóvenes para pasar unas vacaciones navegando en embarcaciones de alquiler es la causa fundamental de esta mejoría experimentada en verano por el sector que, aun así, no recuperará las pérdidas por la crisis, ya que la actividad y clubes náuticos tuvieron que cerrar las instalaciones, a excepción de los varaderos. La pandemia, además, ha hecho casi desaparecer por completo al cliente internacional.

De hecho, los datos de la Asociación Nacional de Empresas Náuticas (Anen) reflejan una caída del 23% de la compra de embarcaciones de recreo hasta julio en la provincia respecto al mismo periodo del año anterior. De enero a julio se matricularon en Alicante 262 embarcaciones. Y en el mercado del alquiler se inscribieron 129 barcos, que representan un 27,5% menos que el año anterior. Ahora, en verano han arrancado con fuerza para la náutica. Empresas de alquiler de barcos apuntan que han detectado un 30% más de movimiento con respecto a las expectativas que tenían.

El verano no suple las pérdidas

Otras tienen en estos momentos, los barcos que alquilan llenos y con lista de espera, y, asimismo, clubes náuticos de la provincia rozan el 90% de ocupación, confirman en los de Calp y Altea, que también lamentan el cierre al que se vieron obligados durante el estado de alarma. El coste de los amarres en tránsito en estos clubes oscilan este verano entre los 22, 17 euros al día hasta los 153, dependiendo del tamaño del barco, en el caso de Calp; o desde los 17,59 euros por día a los 226 para las embarcaciones de hasta 27 metros, en Altea, según sus páginas webs. Son precios públicos que se incluyen en los presupuestos de los clubes que aprueba la Administración,

«Pese a que, ahora, el sector esté operando casi al 100%, no vamos a suplir las pérdidas por el covid», afirma Isabel Gil, presidenta de la Unión de Empresas Náuticas (UEN) en la Comunidad. De hecho, mientras que la temporada náutica se iniciaba a mediados de marzo, este año, por el virus, «hemos comenzado mediado julio», añade Gil. Una situación que a algunas firmas de chárter (alquiler) les puede suponer pérdidas del 70% en el periodo de mayor impacto de la pandemia.

Frente a la ausencia de navegantes internacionales, «nos hemos encontrado con nuevo perfil de cliente que alquila embarcaciones para sus vacaciones. Familias o jóvenes que buscan entornos seguros, distanciamiento social y que aprovechan el mar para una semana de descanso», apunta Rodolfo Kustermann, director de marketing de Nautal, plataforma online de alquiler de embarcaciones. Los jóvenes suelen alquilar barcos pequeños, muchas veces sin patrón. En la Costa Blanca, Xàbia, Alicante y Dènia son las plazas con mayor interés para los que quieren alquilar a través de Nautal.

Vacaciones en familia: una semana en velero supone un gasto superior a 2.000 euros

El cierre de fronteras y las precauciones sanitarias y se seguridad ante el coronavirus ha hecho que este verano muchas familias hayan optado por la opción de alquilar un barco para pasar unos días de vacaciones. Una semana de asueto para un grupo de seis personas puede suponer un gasto medio superior a los 2.000 euros, más el coste del patrón de la embarcación, según estima Isabel Gil, presidenta de UEN, que también regenta una firma de alquiler de embarcaciones en la Comunidad Valenciana. Desde la plataforma online Nautal estimaban que el alquiler de un barco una semana para ocho personas podría costar una media de entre 3.000 o 4.000 euros, sumando los amarres a puerto, en su caso.

El bajón del cliente internacional se reflejará en los datos de 2020

Una de las limitaciones que ha tenido que afrontar el sector náutico es la ausencia del cliente internacional por la crisis. Esta circunstancia «se notará en el balance anual de los datos de 2020», advierte Carlos Sanlorenzo, secretario general de la Asociación Nacional de Empresas Náuticas (Anen). El sector cree que los que han elegido esta fórmula vacacional buscan «disfrutar el ocio con distancia social y seguridad». Según datos de los clubes náuticos, la oferta de amarres en la provincia es de 13.000, que suponen el 63% de la Comunidad Valenciana.

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