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Efectos del Brexit en el turismo: cuatro salidas y un panorama incierto

El economista de Caixabank Research defiende que una desconexión de Reino Unido pactada y con relaciones fluidas podría favorecer al sector turístico

Efectos del Brexit en el turismo: cuatro salidas y un panorama incierto

El economista Javier Ibáñez Aldecoa, de Caixabank Research, presentó ayer, durante una jornada sobre los retos del empresariado turístico de la Comunidad Valenciana organizada por Esade, Hosbec y CaixaBank en Benidorm, los posibles escenarios a los que podría enfrentarse el sector turístico en caso de concretarse el Brexit. Dichas hipótesis están estrechamente vinculadas con la forma en la que se lleve a término la salida.

El equipo al que pertenece Ibáñez Aldecoa se ha apoyado en las predicciones hechas por el Banco de Inglaterra y que contemplan desde entornos más favorables, hasta otros más adversos, como sería una salida totalmente abrupta. Sobre todo, se tiene en cuenta la afectación que tendrán las relaciones comerciales del Reino Unido con la Unión Europea y con otros países, así como la forma en que esas relaciones influirán sobre el valor de la libra esterlina y el poder adquisitivo de los ciudadanos.

Salida suave

Estrechas relaciones comerciales entre la UE y Reino Unido

Lo más deseable, sin lugar a dudas, sería una revocación del Brexit y que el Reino Unido no deje la Unión Europea. Sin embargo, en caso de que la salida siga su marcha, el mejor de los casos pasa por la ratificación de un acuerdo de salida por parte del Gran Bretaña y que este sea negociado con Bruselas, y que exista un periodo de transición relativamente prolongado que desemboque en una relación comercial estrecha y abierta. En este caso, el Banco de Inglaterra estima que al reducir la incertidumbre, el impacto sobre el PIB británico podría ser incluso positivo a medio plazo e incluso redundaría en una apreciación de la libra hasta en un 5%. Al centrar esta situación en el turismo, se cree que el impacto sobre los flujos de viajeros británicos sería positivo y los desplazamientos a España aumentarían en unos 800.000 (un 4,9%) en los siguientes tres años, según Javier Ibáñez Aldecoa.

Un periodo de transición

Una relación comercial menos cercana con Reino Unido

Una segunda posibilidad menos favorable que la anterior contempla una relación menos estrecha con la Unión Europea, ya que, tras el periodo de transición, se aplicarían controles fronterizos y mayores barreras regulatorias, lo que limitaría los intercambios comerciales entre ambos territorios. Si bien este escenario produciría una ligera caída del PIB en el mediano plazo, que no llegaría ni al 1%, se prevé que la disminución de la incertidumbre generaría una modesta apreciación de la libra de un 2%. Ambas situaciones tendrían muy poca incidencia en el poder adquisitivo de los «brits», por lo que tampoco se estima que haya un gran impacto en los flujos hacia España, según el experto.

Sin acuerdo

Una relación estrictamente regida por las normas de la OMC

Los otros dos escenarios serían producto de la falta de acuerdo entre ambas partes, lo que redundaría en intercambios que se ceñirían a las normas que establece la Organización Mundial del Comercio (OMC), las cuales están basadas en la aplicación de aranceles, de barreras no arancelarias, así como en controles fronterizos.

En un marco en el que Reino Unido mantenga relaciones comerciales con la Unión Europea, aunque no sea bajo el amparo de un tratado de libre comercio, y que mantenga vínculos comerciales con otros socios, el Banco de Inglaterra estima que el PIB podría resentirse y sufrir una bajada de en torno a un 4,75%, impactando también sobre el valor de la libra esterlina, que se depreciaría en aproximadamente un 15%. El resultado de este panorama para el sector turístico se podría traducir en una disminución de viajeros británicos a España de un 13,8% en el próximo trienio.

Por las bravas

Reino Unido se aisla de la Unión Europea y de otros mercados

Por otro lado, el Banco de Inglaterra plantea como el escenario más disruptivo aquel en el que exista una ruptura abrupta en las relaciones, además de que el comercio británico no encuentre nuevos socios. En ese caso, los expertos estiman que se reduciría en un 22,7% el número de turistas británicos en el acumulado hasta 2023. Esto sería resultado de un decrecimiento del 7,75% del PIB y de una depreciación de hasta un 25% de la libra esterlina.

Ibáñez Aldecoa aludió a «disposiciones a las que habrá que prestar atención». Por ejemplo, la forma en la que se regirá el espacio aéreo. Esto podría afectar los precios de los vuelos, de igual manera explica que, «si hay Brexit duro, los turistas británicos perderían la cobertura sanitaria gratuita en la UE», y planteó restricciones de movilidad como la necesidad de visado para que los británicos puedan viajar.

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