La Asociación de Distribuidores de Energía Eléctrica CIDE (la patronal de la pequeña distribución) reivindicaba ayer en su XVI congreso anual que se celebra estos días en Alicante su «papel clave» y exigía ser parte activa en la transición ecológica, un objetivo nacional y europeo en la lucha contra el cambio climático, asumido desde el Acuerdo de París de 2015. En este proceso, los distribuidores locales no quieren ocupar un segundo plano, más cuando los pasos que se den hacia el nuevo modelo, entienden, que «tienen que llegar a todas las zonas», según dijo el presidente de CIDE, Gerardo Cuerva, durante su intervención, aludiendo a la proximidad que estos pequeños operadores tienen con los clientes en los territorios, especialmente, en las áreas rurales.
Según Cuerva, el peso de CIDE se encuentra también en sus 190 empresas asociadas que llevan el servicio a dos millones de personas y que están presentes en más de mil municipios de España, según datos de la asociación. En la Comunidad Valenciana, CIDE cuenta con 23 empresas que distribuyen energía a más de 30 municipios y dan servicio a más de 75.000 habitantes, subrayó Gerardo Cuerva.
El autoconsumo y la movilidad
Pero si en el cónclave, celebrado en el ADDA, hubo una demanda unánime, reiterada por parte de todos los ponentes, fue la necesidad de realizar más inversiones en la mejora de las redes y que se incentiven esos esfuerzos inversores. Sobre todo porque estas infraestructuras serán las tengan que soportar en un horizonte no tan lejano las fórmulas del autoconsumo o las de la movilidad (coche eléctrico) que se prevén en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). «Sin esa inversión en redes no habrá transición ecológica», dijo con contundencia Cuerva. Una afirmación que compartió también, entre otros, Marina Serrano, presidenta de Aelec, la gran patronal de las empresas de energía eléctrica.
Para Serrano, este nuevo paradigma tiene unos objetivos y un sistema, «que refleja ese cambio de modelo con una penetración de renovables, de generación distribuido y con un papel activo del consumidor», resumió la líder de las grandes eléctricas. Y para que los objetivos de la transición ecológica diseñada por el Gobierno puedan cumplirse y se invierta en redes, el sector necesita un escenario más claro, tener un marco regulatorio estable «que aporte certidumbre y dé seguridad jurídica», apuntó el presidente de CIDE. Cuerva valoró positivamente el interés de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que ha asumido las competencias de energía, para establecer un marco normativo que dé certidumbre.
Un cambio que llegue a todos
Aun así, la asociación ha presentado alegaciones. Reclama que «se tenga en cuenta el hecho diferencial de la distribución para no dejar atrás a ninguna zona de España en el proceso de transición ecológica», explicó el dirigente de CIDE. Cuerva también avanzó que, «pese a la incertidumbre actual, las empresas de la asociación van a invertir «en el periodo 2020-2022 más de 60 millones, de los que parte se destinará a la digitalización de las redes».
En la primera mesa redonda del congreso donde se abordaron los aspectos que más preocupan al sector también participó Antonio Espinosa, consejero delegado ejecutivo de i-DE Redes Eléctricas Inteligentes (nueva denominación de la empresa distribuidora de Iberdrola). Espinosa habló de avances y, en este sentido, destacó «que somos uno de los países del entorno con más digitalización», refiriéndose a la «importante implantación de los contadores inteligentes», un gran paso con respecto a las infraestructuras tradicionales anteriores, según subrayaron los ponentes.
De otra parte, Raúl Suárez, director de Redes de Electricidad España de Naturgy, también fue positivo al considerar que este proceso «puede generar una oportunidad de desarrollo industrial alrededor de la modernización de las redes». Y Guillermo Amann, presidente de Afbel, Asociación Española de Fabricantes de Bienes de Equipo Eléctricos de Alta y Media Tensión, quiso destacar que el sector «ya viene innovando desde los años 80».
