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Cuerva: «No tiene sentido legislar para dos empresas y adaptar la norma para 998»

El granadino es de los que intenta defender en su discurso por encima de todo el papel de las pymes

El granadino Gerardo Cuerva, presidente de CIDE y de Cepyme. cide

P Lleva una meteórica carrera: presidente de la patronal granadina, la Cámara de Granada y CIDE, y ahora presidente de Cepyme y vicepresidente de la CEOE. ¿De dónde saca el tiempo?

R Carrera meteórica no creo, con mucho esfuerzo, paso a paso y cerca de la empresa siempre. ¿De dónde saca uno el tiempo? Sinceramente, de la familia, de los seres más cercanos y de las compañías en las que trabajo, que son compañías también familiares.

P Alicante acoge mañana y el viernes el congreso anual de la patronal de los pequeños distribuidores eléctricos. ¿Por qué esta provincia?

R Tenemos una máxima, y es la de que allá donde hay distribuidores asociados a CIDE llevamos nuestro congreso anual. En ese sentido, hacía tiempo que no estábamos en la Comunidad Valenciana, y hemos elegido Alicante. Entendió el comité ejecutivo que era un sitio ideal para el congreso anual. Incluso habrá alguna mención especial que queremos hacerle a algún socio que, desgraciadamente, ya no está con nosotros.

P ¿Y cómo está Alicante respecto al resto de España en distribución eléctrica?

R En toda la Comunidad Valenciana tenemos 23 compañías de pequeñas distribuidoras asociadas a CIDE. A nivel técnico, Alicante está al mismo nivel de España. En España existe una red de distribución eléctrica fiable, que ha requerido inversión de muchísimos años por parte de las compañías distribuidoras. Sí pongo el toque de atención en que, aunque están hoy bien, España necesita seguir invirtiendo en redes.

P ¿Qué está fallando en estos momentos para que no se siga invirtiendo en redes de distribución como usted dice?

R Estamos inmersos en un cambio de modelo hacia la electrificación de la economía. Vamos hacia una economía en la que la parte eléctrica tiene mucho que decir, con energías renovables, con generación limpia, y estamos convencidos de que, para que eso se produzca, necesitamos redes. No obstante, muchas veces los mensajes pueden parecer contradictorios. El Gobierno, por una parte, quiere que cambiemos el modelo energético, pero, por otra parte, parece que es reticente con la inversión en redes, y es compatible invertir en redes para cambiar el modelo energético.

P Sin embargo, pese a eso, en ocasiones, se les ha acusado a los pequeños distribuidores de estar en contra de las renovables...

R El pequeño distribuidor no es que esté concienciado, es que promueve e intenta sacar hacia adelante todos los proyectos que en su zona de distribución pueden ser susceptibles de generación con renovables. En ese sentido, si alguien piensa que el pequeño distribuidor está en contra de eso, no está en lo cierto. Apostamos por una generación renovable, por aprovechar todos los recursos que nuestro país tiene, ya sea fotovoltaica, eólica u otra. Lo que sí decimos es que los modelos retributivos que los gobiernos decidan han de apostar por la inversión en redes, y ése es el caballo de batalla.

P ¿Qué están haciendo en estos momentos tanto los pequeños distribuidores como la patronal que preside en la lucha contra la crisis climática?

R Hay una gran sensibilización sobre el medio ambiente. En nuestras zonas de distribución, todos los procesos tienen vinculación con el medio ambiente. De hecho, las compañías eléctricas que pertenecen a CIDE, y son más de 200, cumplen en su inmensa mayoría con toda la normativa relacionada con el medio ambiente, tienen los sellos de calidad medioambiental y tratan de potenciar que se pongan en funcionamiento todas las fuentes de energía renovable que están en nuestras zonas de distribución.

P Desde su experiencia, ¿cómo es posible sobrevivir en un sector tan dominado por las grandes compañías?

R Las empresas asociadas a CIDE somos una selección natural de la especie. En los años 40 había unas 800 empresas y ahora no llegarán a 300. Se hace con mucho esfuerzo, cariño y sentimiento por el trabajo bien hecho. Para las familias empresariales que están detrás de las pequeñas distribuidoras, es una forma de vida. Entendemos la distribución como estar cerca del cliente y de nuestros territorios, y hacer una función que es esencial, que no sólo es la vertebración, sino la fijación de la población a los territorios. España está inmersa en un grave problema, que es el éxodo de población hacia grandes núcleos, y el papel de las grandes distribuidoras es el de la fijación de la población al territorio.

P ¿Y cómo estamos en cuanto a descarbonización?

R En ese sentido hay mucho por hacer. Un claro ejemplo es la movilidad, y cuánto hay que evolucionar para la electrificación de la economía. Lo mismo ocurre con el autoconsumo y la eficiencia energética, donde también hay mucho que hacer en nuestro país. Decía alguna compañía hace años que la energía más limpia es la que no se consume, y ahí hay mucho trabajo por hacer. No obstante, las empresas de CIDE están haciendo proyectos de relevancia mundial relacionados con movilidad, con autoconsumo o con eficiencia. Los pequeños distribuidores debemos seguir existiendo no por compasión, sino por convicción, porque estamos haciendo muchas cosas por la sociedad. Por ejemplo, somos pioneros en el cambio de los contadores inteligentes. La pequeña y mediana empresa de distribución en España está a la última y está colaborando en ese cambio de modelo energético que España y el mundo necesitan.

P España tiene una de las facturas de la luz más caras, sobre todo por los sobrecostes. ¿Tiene arreglo la situación?

R España tiene una factura muy alta, pero el problema es que hay colgado en la percha de la factura un montón de conceptos que nada tienen que ver con la producción, el transporte y la distribución de la energía eléctrica. Más del 40% son costes asociados a otras actividades. En ese sentido, hay mucho por mejorar y no estaría mal que políticas energéticas estatales pasaran a los presupuestos generales del Estado. El problema es que quizás se recauda de forma más fácil vía la tarifa eléctrica. Sin embargo, la tarifa se podría abaratar muchísimo si quitáramos los otros costes.

P Cambiando de tema, prácticamente nueve de cada diez empresas españolas son pymes. ¿Sigue teniendo sentido la cohabitación entre la CEOE y Cepyme?

R Por supuesto. Nadie pone en duda la unidad de acción empresarial, y se pueden defender los intereses de la empresa compaginando y compartiendo muchas de las cuestiones que nos interesan de forma común. Como también es cierto que Cepyme puede tener una siguiente vuelta de tuerca, u otro punto de vista por la defensa de los intereses de la pequeña y mediana empresa española. Ahora bien, en ningún caso son posturas antagonistas. Yo no entendería una CEOE con unos intereses contrarios a los de Cepyme. Realmente creo en el modelo de unidad de acción empresarial y, por tanto, creo que de forma ordenada esa unión hace más fuerte la defensa de los intereses empresariales en nuestro país.

P ¿Cuáles son los objetivos más inmediatos que se ha marcado como presidente de Cepyme?

R La defensa de los intereses de la pequeña y mediana empresa es el objetivo principal en esta nueva etapa. Estar cerca de las demandas, los problemas y las posibles soluciones que los empresarios demandan, e intentar hacérselo llegar todo, como interlocutores sociales que somos, a los distintos gobiernos. El 99,8% de las empresas españolas son pymes, y nos preguntamos muchas veces si tiene sentido legislar para dos compañías, y luego adaptar la norma para las otras 998. Tendría más sentido crear una norma para las 998 empresas y luego adaptarla para las dos grandes compañías.

P ¿Van a hacer algo con la marca Cepyme Alicante?

R Hay otros puntos de España en los que Cepyme no está dentro de CEOE, pero por lo que hay que trabajar es por la unidad de la acción empresarial. Desde puntos de vista diferentes, nos unen más cosas que nos separan y, por lo tanto, en lo que hay que trabajar es en armonizar la representación empresarial en todo el territorio nacional, y en eso se está trabajando. La inmensa mayoría de las CEOE provinciales son Cepyme provinciales. La normalidad está en la sintonía. Por tanto, trabajemos sobre aquellos núcleos o lugares en los que la situación no sea normal. La Comunidad Valenciana ha tenido un claro ejemplo. La labor de Salvador Navarro, y personalizo en él porque es el cabeza visible, pone de manifiesto lo bien que se ha trabajado para la reorganización de la patronal. Desde el diálogo y desde el consenso, la Comunidad Valenciana ha reordenado su tejido representativo de organizaciones empresariales y las está haciendo mucho más fuertes y mucho más útiles para el mundo de la empresa. Ése es el camino.

P ¿Y cómo se convence a la gente que sigue fuera?

R Lo que no vale para la defensa de los intereses empresariales es que, si no me gusta la organización, creo yo mi quiosco. Esos reinos de taifas, y lo dice un granadino, no conducen a la unidad y a la defensa de los intereses de la empresa. Partiendo de que puede haber ciertas discrepancias en cómo gestionar y qué tipo de acciones impulsar, las patadas hay que darlas dentro del quiosco.

P Da la sensación de que los últimos meses han sido algo complicados para la CEOE. La dimisión de Juan Pablo Lázaro, la polémica por el fichaje de Fátima Báñez y, últimamente, el conflicto del gas con el sector de la cerámica... ¿Qué está pasando en la patronal?

R En la patronal no está pasando absolutamente nada. El nuevo equipo está trabajando a una. Juan Pablo Lázaro, por razones profesionales y personales, consideró que cumplía una etapa dentro de la organización. Juan Pablo Lázaro que, por cierto, ha demostrado que es una persona cabal y capaz, y su buen hacer en las organizaciones empresariales de Madrid. Además, sigue ligado al día a día de la organización. En cuanto al tema de Fátima Báñez, ha sido ministra, creo que es una de las profesionales que mejor conoce el sistema laboral en España, y seguro que muchas empresas querrían tener en su equipo a una persona como ella. Ahora mismo, no está en ningún equipo de CEOE. En cuanto al conflicto con la cerámica, ahí está la clave de una organización como CEOE que defiende los intereses generales del mundo de la empresa. No hay ninguna mala intención, el presidente ha estado hablando con los productores y lo importante es aunar esfuerzos y mandar mensajes de unidad.

P ¿Cómo es la relación con la organización catalana Foment del Treball y con Sánchez Llibre?

R Como presidente de Cepyme y como vicepresidente de CEOE, es buena, y trabajamos día a día por los intereses empresariales. Con Josep Sánchez Llibre tengo una excelente relación, lo conozco hace muchos años, y está intentando hacer una labor complicada en un territorio que, desgraciadamente, está expuesto a unas inestabilidades ajenas a las actividades puramente empresariales.

P En poco menos de un mes habrá elecciones generales

R Ese juego es muy arriesgado. Para eso hay analistas y empresas especializadas que hacen sus proyecciones. Yo lo único que puedo pedir es lo que llevo demandando en los últimos meses: que el Gobierno que salga elegido ponga en el centro de las políticas al mundo de la empresa, y que no lo ponga en su diana, que tenga en cuenta a las empresas cuando diseñe cualquier tipo de política. O se tiene en cuenta a la empresa o la sociedad del futuro no será la que España necesita.

P Por tanto, si se repitieran los resultados, los empresarios mantendrían el veto a Podemos...

R Nosotros no hemos mantenido el veto absolutamente a nadie, ni seremos quien ponga ni quite votos. Lo que pedíamos a los partidos políticos en esta última etapa es que negociaran. En nuestro ADN, los empresarios llevamos la negociación, y negociamos con nuestros proveedores, con nuestros acreedores, con la Administración, con nuestros socios. Les pedíamos que se sentaran los diferentes grupos políticos, buscando moderación y estabilidad, que es lo que necesita el país. Queremos gobiernos moderados y estables, y, si me preguntas a mí qué gobierno quiero, uno que mire por la empresa.

P Hace unos días, dijo que España puede verse sorprendida por una grave crisis sin que se hayan hecho los deberes. ¿Estamos más cerca de una recesión?

R A mí no me gusta hablar ni de recesión ni de crisis, porque tienen connotaciones muy negativas. Yo intentaba transmitir en el desayuno que España puede verse sorprendida por una crisis o una desaceleración mundial. Nosotros no vivimos ajenos al mundo, vivimos en un entorno en el que hoy hay una serie de condicionantes que nos ayudan a la situación que tenemos, pero que mañana pueden desaparecer, por la guerra de los aranceles, el Brexit o el problema del crudo. Por eso, decía que no nos podemos parar con todas aquellas reformas que necesita el mundo de la empresa.

P ¿Por dónde habría que empezar en materia de reformas?

R Un claro ejemplo se ve en lo que necesitan las pymes, por ejemplo, en el sector de la distribución eléctrica. Muchas veces, en los cambios normativos, queremos que se mire a las pymes como pymes. Por ejemplo, hay una tasa retributiva que está en juego, y nosotros decimos que necesitamos un incremento de esa tasa retributiva. Hay un problema de inversión en red, y los pequeños distribuidores decimos que o invertimos en red o ese compromiso que tiene el Gobierno y que tenemos nosotros de electrificar la economía no será posible. Luego, muchos proyectos, al ser novedosos en esa digitalización de la red, tienen un alto riesgo y muchas veces la banca comercial al uso no entra por ese elevado riesgo. Por eso, le pedimos a los gobiernos que nos den recursos para educar al mundo empresarial en la financiación en mercados alternativos. Son muchísimas cosas.

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