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La autopista de Torrevieja factura casi un 6% más pero no se salva de las pérdidas

Ausur cierra el último año con unos números rojos de 72.364 euros pese a ingresar 12,9 millones por los peajes gracias al aumento del tráfico

La autopista de Torrevieja factura casi un 6% más pero no se salva de las pérdidas

El aumento del tráfico rodado, gracias a la recuperación económica, y la subida de tarifas aprobada por el Gobierno permitieron a la concesionaria de la autopista que enlaza Alicante con Torrevieja y Cartagena elevar casi un 6% su facturación el año pasado, hasta sumar unos ingresos de 13,28 millones de euros. En concreto, Ausur logró hasta 12,89 millones con los peajes -unos 718.000 más que en el ejercicio anterior- y otros 391.425 euros -prácticamente la misma cifra que en 2017- por otros conceptos, entre los que destaca el arriendo de estaciones de servicios de la vía, según recogen las cuentas que la compañía acaba de depositar en el Registro Mercantil.

Estas cifras, sin embargo, no fueron suficientes para compensar los gastos y amortizaciones que soporta la firma, que regresó a los números rojos que arrastra de forma casi ininterrumpida desde hace una década, con la única excepción de 2017, cuando se anotó 17,29 millones de beneficios gracias a los créditos fiscales que obtuvo tras la liquidación de la autopista Cartagena-Vera -una de las que fueron rescatadas por el Estado, junto con la circunvalación de peaje de Alicante-, una concesión en la que Ausur tenía una participación del 35% y a la que había realizado varios préstamos participativos.

No obstante, las pérdidas del año pasado fueron casi testimoniales, de apenas 72.364 euros, muy alejadas de las decenas de millones que acumuló durante los años centrales de la crisis -sólo en 2010 registró unos números rojos de 44 millones de euros-, lo que indica que la concesionaria se acerca a su objetivo de recuperar la rentabilidad perdida.

Esquivó el rescate

Cabe recordar que Ausur -participada por la madrileña Pralesa (Ploder) y el murciano Grupo Fuertes (El Pozo)- estuvo a punto de formar parte del conjunto de autopistas que el Estado tuvo que asumir, ante la quiebra de sus concesionarias, pero se salvó gracias al acuerdo de refinanciación que cerró con su sindicato bancario en diciembre de 2014.

Los gestores de la compañía siempre han atribuido la delicada situación económica que atravesó la sociedad a la crisis, que redujo las cifras globales de tráfico en todo el país, pero también al desdoblamiento de la Nacional 332 en el entorno de Torrevieja, que entró en servicio en 2009 y que, según la firma, alteró a la baja las previsiones de circulación con las que se hicieron los cálculos de la concesión de la autopista en 1998. Así, Ausur ha intentado reiteradamente que el Estado le compense por esta desviación, por la que todos los años presenta una factura por el importe que ha dejado de ingresar por este motivo -la de 2018 suma 10,4 millones, pero, hasta la fecha, el Gobierno y los tribunales le han denegado reiteradamente esta posibilidad.

En cualquier caso, los responsables de la mercantil han trabajado en paralelo para adecuar la estructura de costes y gastos para lograr la rentabilidad de la vía por sí sola. Además, sus socios también han demostrado su compromiso con la concesionaria con diversas ampliaciones de capital, como la inyección de 1,6 millones que realizaron el año pasado diciembre. Pralesa y el Grupo Fuertes también han adquirido a la banca el 88% -61,5 millones- del préstamo convertible que las entidades concedieron a la compañía dentro del citado acuerdo de refinanciación.

Rebaja de precio

Los lamentos de la concesionaria contrastan con la iniciativa que los alcaldes de Torrevieja y Orihuela han puesto en marcha este verano para reclamar al Ministerio de Fomento la creación de un peaje blando para los residentes de la zona, con el objetivo de rebajar la saturación que sufre la N332, a pesar del citado desdoblamiento. Y es que, aunque los tramos de la vía por los que se puede circular sin pagar acumulan tráficos de más de 20.000 vehículos diarios, el trayecto de pago apenas sumaba en 2017 unos 6.500 usuarios, según el informe que elabora anualmente Fomento, lo que contrasta con los más de 50.000 de la nacional.

El Estado ingresa cinco millones con la circunvalación de peaje

El tráfico de la vía aumenta hasta un 19% desde que el Gobierno apostó por la rebaja de tarifas y la gratuidad nocturna

Seittsa, la sociedad que asumió la titularidad de la ocho autopistas rescatadas por el Gobierno el año pasado tras la quiebra de sus concesionarias, ingresó el año pasado 5.007.679 euros con los peajes de la circunvalación de pago de Alicante, según las cuentas de la compañía. Esto supuso que, descontados los gastos de personal y de explotación, la carretera generó un beneficio de 2.326.700 para la citada sociedad pública, que se ha hecho cargo de la gestión de estas infraestructuras hasta que el Gobierno decida si las vuelve a sacar a concurso, como inicialmente se anunció, o si se opta por otra alternativa.

Claro está que estos beneficios se registran porque la sociedad no carga con las abultadas deudas financieras que adquirieron las concesionarias para construirlas ni tampoco tiene en cuenta las indemnizaciones que el Estado deberá pagar a estas compañías en concepto de Responsabilidad Patrimonial de la Administración. Es decir, el precio al que asume el Estado estas dotaciones. Una cuestión en la que ya se anticipa una larga batalla judicial por el desacuerdo entre Fomento y los concesionarios.

La circunvalación de peaje de Alicante fue construida por la mercantil Ciralsa -una sociedad en la que participaban ACS, Abertis o Globalvía- con el objetivo de acaba con la saturación su sufre a diario la A70 a su paso por la capital de la provincia. Entró en funcionamiento en 2007, sólo un año antes del estallido de la crisis, y nunca llegó a cumplir con las previsiones que se habían marcado. Su pico máximo de tráfico fue en 2008, cuando registró 9.990 usuarios diarios. La cifra cayo con fuerza hasta 2014, cuanto tocó suelo con 5.303 vehículos diarios. A partir de ahí inicio una lenta subida que le llevó a cerrar 2018 con una intensidad media de 6.596 tráficos. Tras su nacionalización, el Gobierno aprobó una rebaja de tarifas de hasta el 30% que entró en vigor el pasado mes de enero y decidió que fuera gratuita por las noches. La media conseguido elevar hasta un 19% la cifra de usuarios en los primeros meses del año.

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