Empezó en la empresa de calzado familiar y de ahí, tras pasar por Pikolinos, Camper, Tempe y Geox, ha acabado como consejero delegado de Zlabels-Zalando en el sur del Europa. ¿Cómo se presenta la oportunidad de dar ese salto a uno de los principales gigantes de la moda online?
Creo que fue por una serie de casualidades. Vas cambiando de empresas... Empecé con Pikolinos, que fue la matriz y una gran escuela. A partir de ahí, fue Camper quien me dio la oportunidad de ser técnico de producción y de trabajar fuera de España, en Europa del Este o en Marruecos. Después ha sido pasito a pasito. Una vez que la técnica ya estaba asumida, tuve la suerte de entrar en Tempe y conocer la gestión de ese gran gigante, cómo se trabajaba y poder aprender. Mis motivaciones siempre han sido aprender y aportar lo que podía. De ahí me marché cinco años a vivir a China y estuve dos con Tempe y tres con Geox. Luego, volví a España, a llevar la producción de calzado de Massimo Dutti, y ya fue cuando salté a esa piscina vacía de Zlabels-Zalando.
¿Cómo ha conseguido Zalando colarse entre las empresas líderes en comercio electrónico
En ventas, sobre todo destacan las facilidades que ofrece y la gran variedad de producto. No es una web exclusiva de un solo producto, sino que tiene una oferta enorme en calidad y precio, con un servicio muy rápido. Es un grandísimo supermercado de moda.
¿Y cómo acaba implántandose en Elche Parque Empresarial
Estábamos cerca del tejido productivo, que era lo más importante. Al fin y al cabo, aquí gestionamos la parte de producción de las marcas propias, y el polígono industrial está muy bien conectado, con el aeropuerto y el Puerto, y a nivel de comunicación por carreteras es fácil moverse. De hecho, tenemos el tejido industrial que está en el parque de Torrellano, con una cantidad de proveedores enorme, fabricantes nuestros también, y es muy fácil comunicarnos con otros fabricantes de la zona. Es un epicentro de gestión.
«La falta de vertebración es una cosa nuestra. Fuera de España, eso no se percibe»
Llevan prácticamente tres años en Torrellano. Sin embargo, a día de hoy, aún hay quien se sorprende de que Zalando tenga base en la provincia....
Nos gusta trabajar en la sombra, porque se trabaja mucho más tranquilo y con más calidad cuando estás concentrado en lo que haces. No nos gusta publicitarnos ni hacer ruido, sólo queremos hacer las cosas bien y con calidad.
Desde su experiencia, ¿qué imagen se tiene de Alicante
Es una provincia atractiva, por su tejido industrial, por la flexibilidad a la hora de trabajar, por las comunicaciones, pero también por la oferta de ocio. Por eso, a la hora de decidir dónde producir, Alicante atrae mucho más.
¿Y la gente de Alicante es consciente de ese potencial?
No, y, además, la gente de Alicante nos queremos poco. Entre nosotros sí nos gusta comentar nuestras bondades, pero el problema es que no sabemos vendernos fuera. Crecemos de esa parte comercial.
¿A qué atribuye esa carencia?
A la humildad.
Y, al margen de esa humildad, ¿cuáles serían los puntos débiles de la provincia?
¿Puntos débiles? Yo creo que tenemos muchos puntos fuertes, otra cosa es cómo sacarlos a la luz. Tenemos muchas ventajas a nivel de infraestructuras, hostelería, turismo, industria... Lo tenemos todo, otra cosa es cómo contarlo.
¿Influye la falta de vertebración que tanto aqueja a esta provincia?
Esa falta de vertebración es más una cosa nuestra. A nivel exterior, fuera de España, eso no se percibe. Vienen a Alicante, y da igual si están en Alicante propiamente o en Elche
Una de las recetas que usted propone está basada en lo que denomina la cesta y el cangrejo...
Los españoles somos bastante críticos con nosotros mismos y, bueno, eso nos hace crecer, pero creo que en las subidas hay muy poquita gente que tira de abajo. Siempre miramos, pero no somos capaces de intentar coger al está abajo. Por eso, lo importante sería que cuando una persona o una empresa suban podamos saber de alguna manera cómo ayudarle y cómo unirnos para poder llegar con él, y ayudarle también a mantenerse, porque cuando estás arriba es fácil caer. Si hacemos una estructura muy potente entre todos, será más fácil mantenerse.
Sin embargo, en una sociedad tan marcada por el individualismo, ¿no es difícil que la gente se implique en esa cesta de cangrejos?
Yo creo que es viable. Las nuevas generaciones que estamos llegando tenemos más mentalidad de apoyo, ayuda y transparencia.
¿Por qué la digitalización sigue siendo una de las asignaturas pendientes aquí?
En la parte industrial hemos ido un poco más lentos que otros países, eso es cierto, pero ahora mismo los empresarios de Alicante se han dado cuenta de que la digitalización es un hoy sí o sí, y están yendo muy rápidos a esa parte de digitalización o de mejora de procesos industriales. Nos queda todavía creer mucho más, y hacerlo factible, pero estamos en el camino.
Más allá de las grandes empresas, y de la venta online, en la que están más o menos implicadas, ¿como pueden subirse al carro de la digitalización las pymes?
La venta online existe, es sí o sí, y es tan simple como entrar en un marketplace a vender la producción. Otra cosa es la parte de procesos industriales y cómo conectar la venta y la producción del día a día. Ahí aún falta convencimiento, que vean qué es más rentable, qué es más productivo y qué beneficios tiene. Por ejemplo, la impresión en 3D. Son cosas por las que muchas empresas han empezado a apostar, y sacando números es positiva, pero a veces es difícil convencer a esas pequeñas empresas de que esa inversión revierte en beneficios y que supone no tirar el dinero a la basura, por ejemplo, con ciertos muestrarios.
¿En qué medida pueden influir iniciativas como el Distrito Digital, el Distrito DigitalCampus Tecnológico de Elche
Creo que es bueno que muestren sus proyectos a las empresas, hacer una especie de simposio o de reunión general en la que se puedan mostrar todas las ventajas que pueden ofrecer ese tipo de sectores y de departamentos. A veces hay mucho desconocimiento y desinformación.
Por lo que toca a la producción, ¿cómo está afectando el hecho de que las colecciones sean cada vez más efímeras en textil y calzado?
Es un hecho real. Las grandes empresas cada vez quieren tiradas más cortas para probar en el mercado y reponer más rápido. A veces incluso se repone más que en el pedido inicial, y eso implica flexibilidad.
