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Las ventas de motos resisten el auge del patinete eléctrico en la provincia

El número de matriculaciones aumenta un 22% durante el primer trimestre del año impulsado por la falta de espacio en las ciudades, el buen tiempo y el auge del comercio electrónico o el reparto a domicilio

Una zona habilitada para el aparcamiento de motos en Alicante.

La moda de los patinetes eléctricos que inunda las ciudades españolas no parece haber hecho mella en las ventas de motos, que se mantienen como la principal alternativa de movilidad para quienes reniegan del coche y no quieren depender, tampoco, del transporte público. Al contrario, los cambios de costumbres y de mentalidad que han propiciado el éxito de estos nuevos vehículos también favorecen un incremento del uso de las motocicletas que, además, han encontrado un importante nicho en el reparto de paquetería aparejada al comercio electrónico o en el de comida rápida.

Así, tras recuperarse del pequeño bache que sufrieron en 2017, cuando el cambio de normativa provocó que muchas operaciones se adelantaran al ejercicio anterior, el año 2018 se cerró con un repunte del más del 5% en las matriculaciones en la provincia, una tendencia que se ha acelerado hasta el 22% durante el primer trimestre de 2019, según los datos de la principal patronal del ramo, Anesdor.

En concreto, si entre enero y marzo del año pasado se vendieron en Alicante 1.451 motos, en el mismo periodo de este año ya son 1.774. De ellas, 1.544 fueron motos propiamente dichas (es decir, de más 50 centímetros cúbicos de cilindrada); frente a 166 ciclomotores y 64 triciclos y cuadriciclos.

Al respecto, el secretario general de Anesdor, José María Riaño, reconoce que una parte de este incremento tan pronunciado es coyuntural y lo atribuye a la ausencia de lluvias y a las buenas temperaturas que se han registrado este invierno, que han llevado a que muchos compradores adelanten las adquisiciones que ya tenían previstas para la primavera, cuando suele concentrarse la mayor parte de la demanda en el negocio de las dos ruedas.

Sin embargo, Riaño asegura que otra parte muy sustancial se debe a los cambios en el modelo de movilidad que empieza a calar en una parte importante de la población y que algunas ciudades tratan de acelerar con restricciones a la circulación de automóviles para rebajar los niveles de contaminación. Aunque en la provincia todavía ningún municipio que haya dado este paso, los alicantinos sí sufren el resto de problemas relacionados con la congestión que experimentan muchos núcleos urbanos, como son los atascos y, sobre todo, la falta de aparcamiento. «La moto ocupa poco espacio, se infiltra en el tráfico, y facilita el estacionamiento, por lo que la gente lo valora cada vez más», asegura Riaño.

El ahorro es otro de los motivos que impulsa el uso de las dos ruedas, gracias al bajo consumo de estos vehículos, lo que también supone un punto a favor para aquellos conductores con mayor conciencia ecológica. En este sentido, además de las bajas emisiones de las motos de gasolina, cabe destacar el creciente porcentaje de motos eléctricas, que ya suponen casi un 5% de las matriculaciones en toda España y mantienen un ritmo de crecimiento exponencial, según el portavoz de Anesdor.

Y es que, en el caso de las dos ruedas, su uso prioritariamente urbano hace que la falta de autonomía no suponga una barrera para los posibles compradores, como sí ocurre con los coches, y, además, sus baterías pueden cargarse con un simple enchufe y muchas son extraíbles para poder hacerlo en casa o la oficina.

Un modelo más diverso

En cuanto a la moda de los patinetes eléctricos, José María Riaño no los acaba de ver como una competencia y considera, más bien, que todo forma parte de la citada transformación que vive la movilidad en las ciudades. «Lo que está claro es que el modelo va a ser más diverso, el abanico de soluciones se difumina. Habrá más patinetes, más bicicletas, más motos... Y bienvenido sea», asegura el representante de los fabricantes e importadores españoles.

A todo ello hay que sumar el impacto de la nueva economía. Por un lado, el auge del comercio electrónico ha propiciado que las empresas de paquetería empiecen a optar por el uso de motos para agilizar sus repartos. De hecho, hay firmas que organizan rutas donde el furgón va por la calle principal y distribuye su mercancía a motos apostadas en el recorrido, que las llevan a su destino final, según explica Riaño. Y, por otro, también está la demanda provocada por el reparto de comida rápida, donde conviven las motos y las bicis.

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