El presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu, ha reiterado este viernes que el banco no contempla devolver su sede a Cataluña, tras el cambio que realizó en octubre de 2017 para trasladarla a Alicante. Así, a preguntas de los medios catalanes, ha dejado claro que es un tema que ni siquiera se plantea. "No. Lo que ocurrió, ocurrió y no hay nada sobre la mesa", ha señalado aunque también ha añadido que tampoco hay "nada definitivo". Eso sí, más tarde ha aclarado que esta última frase era solo una reflexión "filosófica" pero que "en estos momentos y en la situación en la que vivimos, no es un tema previsto, ni tan solo en contingencia".

Así lo ha señalado durante la rueda de prensa de presentación de los beneficios anuales de la entidad, que el año pasado vio caer considerablemente sus ganancias como consecuencia de los problemas que ocasionó la migración informática de su filial británica y de la venta de carteras inmobiliarias para sanear su balance. Así, el banco registró unos resultados de 328,1 millones, un 59% menos que el año anterior, debido a los costes extraordinarios de 637 millones de euros que le han ocasionado estas dos circunstancias.

En concreto, los problemas de migración del TSB y las compensaciones a los clientes le han costado al banco 460 millones. "Pensábamos que sería paseo militar y ha sido una batalla que ha costado dinero pero, al final, hemos ganado", ha señalado Oliu, sobre el cambio tecnológico de la filial.

Por su parte, el otro gran factor que ha recortado los beneficios ha sido la venta de carteras inmobiliarias, que han tenido un coste de 177 millones de euros para la entidad. Sin embargo, como ha señalado el consejero delegado del banco, Jaume Guardiola, a partir de ahora permitirá unos ahorros anuales superiores a los 150 millones de euros. Además, estas operaciones han permitido "normalizar" el perfil de riesgo del banco, según Guardiola, y zanjar de una vez los problemas derivados del estallido de la burbuja inmobiliaria.

En cualquier caso, Josep Oliu ha dejado claro que da por superado un año que ha calificado de "transformacional" y "diferente", y ha señalado que la entidad está preparada para volver a la senda marcada en su plan estratégico. Así, tanto Oliu, como Guardiola han destacado el buen funcionamiento del negocio púramente bancario, con incrementos muy considerables en la concesión de crédito que han llevado a que, por primera vez desde la crisis, vuelva a crecer el saldo de hipotecas. Eso si, la crisis de TSB hará que la consecución de los objetivos de este plan se retrasen un año, de 2020 a 2021.

Caso BBVA

Por otra parte, no ha querido valorar la situación del BBVA, afectado por el escándalo de las escuchas que la entidad habría encargado al excomisario Villarejo. "El BBVA es un gran banco, que ha tenido una gestión muy buena antes y durante la crisis. Espero que muy pronto resuelvan este tema", ha señalado el banquero. No obstante, también ha reconocido que la crisis reputacional que genera el caso afecta a todo el sector. "Todo el mundo piensa que los bancos somos todos iguales", se ha quejado.

Tampoco ha querido entrar a valorar si el Gobierno será capaz de cumplir con los presupuestos que ha presentado o si, como ha advertido el Banco de España, los ingresos están sobredimensionados. Tan sólo ha dicho que se trata de unos Presupuestos "fiscalmente responsables" porque se comprometen a cumplir el objetivo de déficit marcado por Bruselas. Eso sí, ha dejado claro su rechazo a la "tasa tobin" sobre las compraventa de acciones, aunque ha apuntado que su repercusión real será pequeña.

En otro orden de cosas, ha descartado una posible fusión con otro operador y también una nueva adquisición.