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El empleo se mueve más en casa

Más del 60% de los 48.200 ocupados que cambiaron de ciudad en el último año por motivos laborales lo hizo dentro de la Comunidad

Dos chicas con sus maletas, dirigéndose a la estación de tren. Pilar Cortés

La movilidad geográfica por motivos laborales vuelve al jugarse en terreno doméstico. El 2,4% de las más de 1.997.700 personas que tenían un trabajo en el primer trimestre en la Comunidad cambió su municipio de residencia en el último año. En concreto, fueron 48.200 personas, pero la mayoría, casi 31.000 (64%), se desplazó a otra ciudad de dentro de la misma Comunidad.

«Un síntoma de que la economía se está reactivando y que, ahora, los ciudadanos no tienen que irse a otras provincias o a otros países para encontrar un trabajo, que fue lo que pasó durante los duros años de la crisis», según interpretaba la secretaria territorial de UGT en l'Alacantí, Yaissel Sánchez.

En general, la mejoría económica ha impulsado el empleo. En la Comunidad ahora hay, aproximadamente, 50.000 ocupados más que en el primer trimestre del pasado año, según la comparativa de los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Un dinamismo que, a su vez, ha ralentizado las cifras de movilidad geográfica en el último año, en que estos desplazamientos por motivos laborales representaron el 2,6% del total de personas con trabajo en la Comunidad Valenciana, es decir dos décimas menos que en 2018.

En el caso de los trabajadores extranjeros, las tres provincias autonómicas parece que vuelven a ser un territorio atractivo para los que buscan mejorar su empleo o salir de su condición de desempleados. De hecho, más de 12.600 ocupados entre los que se trasladaron a otro municipio por motivos de trabajo procedían de otros países.

En este sentido, el responsable de Empleo de CC OO en l'Alacantí, José María Ruiz Olmos, advertía de que estos momentos de mayor atracción, tanto para extranjeros como para ciudadanos de otras comunidades, «se produce durante la temporada alta turística. Una época en que este territorio ofrece más cantidad que calidad en el empleo», incidía el dirigente sindical.

El desarraigo

Los traslados desde otras autonomías o desde el extranjero «son buenos para la Comunidad, porque viene a indicar que hay cierta estabilidad o fiabilidad en la capacidad y el potencial que tiene la autonomía», señalaba Yaissel Sánchez. No obstante, la dirigente ugetista advertía de que, al margen de estas consideraciones, la movilidad laboral geográfica «no siempre es voluntaria, sino forzosa, como en los casos en que desde las empresas se plantea como única alternativa para conservar el empleo». Y añadía que, en muchas ocasiones, estos desplazamientos suponen un desarraigo de los trabajadores de sus ciudades, además de que el traslado laboral de los progenitores «también puede representar el de toda la familia, con los cambios de adaptación al nuevo destino que eso representa», alertaba la dirigente sindical.

Sánchez también subrayaba que el fenómeno de la movilidad laboral adquirió mayor protagonismo durante la crisis, «y especialmente, a raíz de la reforma del mercado de trabajo de 2012, que favoreció que las empresas echaran mano con más frecuencia de esta figura del desplazamiento». A juicio de José María Ruiz Olmos, «el cambio de domicilio es una dimensión más de la precariedad laboral, que en esta Comunidad, además, es una característica histórica, con movimientos de emigración, inmigración y retorno».

A nivel general, el representante de CC OO incidía en que los datos del INE reflejan que el empleo crece entre los que ya vivían en la Comunidad. «Hay 56.800 trabajadores más -al pasar de los 813.200 del pasado año a los 870.000 actuales-. Y entre los nuevos ocupados, 36.500 tienen más de cinco años de residencia en la autonomía».

Por su parte, entre los que vivían en otras provincias, se producen distintas evoluciones, según los años de permanencia en la autonomía. El representante sindical resume que el balance «traslada que el arraigo facilita la contratación en la misma Comunidad o si se procede de otra». Y en el caso de los que vivían en otro país, «se aprecia mucha rotación: se van quienes llevan más años en la Comunidad y llegan nuevas personas ocupadas, como ocurre entre los que llevan menos de un año en la Comunidad», añadía Ruiz Olmos.

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