La desaparición de campos de cultivo en la Comunidad se ha ralentizado durante los últimos tres años y la variación anual de hectáreas perdidas es una de las menores de la serie histórica, según los datos de evolución recopilados por el Servicio de Estudios de la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente.

El Informe del Sector Agrario Valenciano, publicado en la web de la Conselleria, muestra cómo la variación anual de hectáreas perdidas dedicadas a la agricultura es una de las menores de la serie histórica, con un descenso de tan solo 1.975 hectáreas.

Las cifras arrojan un aumento de la extensión dedicada al regadío, de 1.812 hectáreas, y una reducida pérdida de terrenos de secano, que disminuyeron en 5.762 hectáreas, según ha indicado la Generalitat en un comunicado.

De esta manera, se ralentiza la tendencia negativa que viene afectando al territorio, ya que entre 1983 y 2017 se perdieron en la Comunidad 278.865 hectáreas de superficie de tierras de cultivo, lo que supone un 29,8% del total.

Limoneros, olivares y mandarinos ganan peso

Entre los cultivos que más terreno han ganado en los últimos tres años se encuentra el limonero y el olivar. A pesar de que, desde el comienzo de la serie histórica, la superficie de mandarino es la que más ha aumentado, en 26.414 hectáreas, informa Europa Press.

Asimismo, de 1983 a 2017 la reducción de superficie de cultivo ha sido de 105.874 hectáreas en viñedo, 40.382 hectáreas en almendro, 22.411 hectáreas en naranjo, 7.908 hectáreas en limonero y 1.120 hectáreas en olivar.

Los datos del último periodo analizado, 2015-2017, son "más positivos y difieren de otras épocas donde la desaparición de campos tuvo una gran intensidad", ha explicado la Conselleria. En esta línea, los dos cuatrienios en los que se dio una mayor pérdida de superficie fueron 1991-1995, con una pérdida de 66.746 hectáreas, coincidiendo con la primera gran Reforma de la Política Agrícola Común (PAC) y la del periodo 2003-2007, con una pérdida de superficie de cultivo de 92.885 Has, la mayor de la serie, coincidiendo con la burbuja inmobiliaria y la presión urbanística.

El descenso de la superficie de tierras de cultivo en estos 35 años se ha producido básicamente en secano (-44,8%) y "apenas se ha notado" en regadío (-4,3%). Por provincias, la tendencia decreciente entre 1983 y 2017 ha sido más acusada en Alicante (-42,9%) que en Castellón (-24,5%) y Valencia (-23,1%). Las desapariciones de hectáreas más acusadas se han dado entre 2003-2007 en Alicante y Castellón, y entre 1991-1995 en Valencia.

Ley de Estructuras Agrarias

La publicación del informe coincide con el debate en lasCortes del anteproyecto de Ley de Estructuras Agrarias. La titular de este área, Elena Cebrián, ha asegurado que la normativa está concebida como "uno de los principales instrumentos para facilitar el acceso a tierras por parte de jóvenes y profesionales que se sumen al sector".

La Ley de Estructuras Agrarias es un "instrumento fundamental que atiende a las demandas y necesidades del sector, planteadas desde años atrás", ha subrayado Cebrián, antes de añadir que "se complementa con acciones en políticas de calidad, producción ecológica, incorporación de jóvenes y transferencia de tecnología".