Las cartas ya están sobre la mesa y ahora toca negociar. El hasta ahora único aspirante declarado a presidir la Cámara de Comercio de Alicante, Juan Bautista Riera, deberá buscar un acuerdo para garantizarse su entrada en el pleno de la institución, después de que la avalancha de candidaturas le haya impedido adjudicarse directamente una de las vacantes. De hecho, según las fuentes consultadas, el dianense ya ha empezado a mantener los primeros contactos con el objetivo de evitar a toda costa que su presencia en este órgano dependa de las urnas, cuyo resultado es más incierto que nunca debido a la introducción del voto electrónico.

La solución pasaría por que alguno de sus rivales aceptaran retirar su candidatura antes del inicio formal de las votaciones, claro está, a cambio de alguna compensación, que es lo que ahora Riera trata de concretar. La cuestión es de vital importancia ya que el promotor sólo podrá optar a la presidencia si, previamente, entra en el pleno como miembro electo. Es decir, que no puede formar parte de este órgano ni por el cupo que designa la patronal (8 miembros) ni tampoco por los 12 asientos reservados para las empresas que realizan las mayores aportaciones económica a la institución.

De esta forma, las plazas que salen a elección son 40, distribuidas en 16 grupos y subgrupos que se corresponden con las principales actividades económicas de la provincia. Si el número de candidaturas de cada categoría coincide con el de plazas disponibles, se proclaman automáticamente. De lo contrario, las empresas que corresponden a esa actividad deben votar para elegir a sus representantes.

El problema para Riera es que, precisamente, los tres grupos por los que se ha presentado con sus distintas empresas -Promoción, Comercio y Actividades Profesionales- han resultado ser los más concurridos, los que han recibido el mayor número de candidaturas. Algo que, sin duda, no ha sido una casualidad, tal y como admiten aquellos que conocen bien los entresijos de la institución.

Así, habría muchos empresarios que han presentado candidatos por estos grupos únicamente con la intención de tener «cromos» con los que negociar más tarde con el dianense para obtener algún cargo. Por eso, justamente, son pocos los que dudan de que Juan Riera logrará entrar en el pleno sin problemas, siempre que sepa jugar bien sus bazas.

Sólo siete asientos adjudicados

En cualquier caso, lo cierto es que Juan Riera no es el único que deberá sentarse a negociar para garantizarse su entrada en el pleno ya que, de acuerdo con la lista provisional de candidaturas publicada ayer por la Cámara, sólo en cuatro categorías el número de aspirantes y de plazas disponibles es el mismo. En el resto, o se llega a un acuerdo, o habrá que votar. La más beneficiada hasta la fecha es la Federación de Empresarios del Metal (Fempa) que preside Guillermo Moreno, que ya ha logrado garantizarse tres asientos en el pleno. Son los correspondientes a la Industria Manufacturera, donde ha colocado a sus asociados Electromecánica Marcres Luis Crespo García S.L.; Basilio Martínez S.L. y Joaquín Sanchez Moya. Eso sí, Fempa tiene otros ocho candidatos en disputa en otras categorías. También tienen ya sillón garantizado la firma Sándalo Diseño, por el apartado de Industria del Calzado y Textil, y las mercantiles Hobali (la gestora del Hotel Bali), el concesionario Autonáutica y Servicios Auxiliares de Mantenimiento -una filial de Vectalia- por el subgrupo de Servicios.

La compañía de la familia Arias ha sido una de las más activas a la hora de presentar candidaturas al pleno, ya que tiene aspirantes en, al menos, nueve categorías. También se ha movido mucho el empresario Carlos Baño, que estará en la pugna en, al menos, tres categorías directamente con sus empresas, pero que también estaría detrás de otras tantas candidaturas de empresarios cercanos a él, según las fuentes consultadas. Otro de los grupos de peso será el de Facpyme, con más de una decena de aspirantes. También habrá que ver qué ocurre con las candidaturas de empresarios cercanos al presidente de Cepyme, Cristóbal Navarro, que, eso sí, personalmente ha optado por entrar directamente por el cupo de las firmas con mayor aportación económica.