Ni una sola vez en los últimos diez años los Presupuestos Generales del Estado han previsto para la provincia de Alicante el volumen de inversionesAlicanteinversiones que le correspondería por su peso poblacional. Y menos aún el proyecto que esta misma semana ha presentado el Gobierno que, con apenas 178 millones de euros consignados, suponen la cifra más baja de toda la década y sitúan a la provincia como la quinta por la cola en inversiones por habitanteinversiones por habitante.

«Un varapalo indiscutible y sin paliativos», en opinión del presidente del Instituto de Estudios Económicos de Alicante (Ineca), Perfecto Palacio, que ayer analizó las nuevas cuentas del Estado junto al coordinador de Análisis de la organización, Francisco Llopis. «Estamos ante una situación de agravio reiterado hacia la provincia de Alicante», insistió Palacio, quien alertó de las consecuencia que tiene esta falta de inversiones en un momento en que la economía alicantina ya empieza a mostrar una cierta ralentización en su ritmo de mejora.

Y es que las cifras son «desoladoras», según el empresario, sobre todo porque no existe ningún motivo que justifique el fuerte recorte que se ha producido entre 2016 y 2017. En este sentido, el volumen de las partidas destinadas a las infraestructuras de la provincia ha pasado en solo un año de 339,87 millones de euros a 178,73 millones, un hachazo de 161 millones que apenas tiene parangón en todo el país. Sólo Orense ve reducidas las inversiones del Estado en una cifra mayor pero, en este caso, la diferencia se explica por la finalización de los trabajos de mayor envergadura para llevar el AVE a esta provincia gallega.

«Aquí no hay nada que justifique esta caída. No se construyó el año pasado ninguna autopista o se hizo una nueva vía de tren que supusiera una gran inversión y que justificara que ahora la cantidad sea menor. Nada», recalcó el coordinador de Análisis de Ineca.

Déficit acumulado

Según los cálculos del «think tank» alicantino, la suma de los déficits acumulados en estos diez años alcanza ya los 2.205 millones de euros, una «cantidad equivalente a nueve veces el presupuesto de la ciudad de Alicante y diez

veces el presupuesto de Elche», apostilló Palacio. Si, además, se suma lo que también la Generalitat ha dejado de invertir en la provincia en este mismo periodo, la cifra llega hasta los 2.473 millones.

De igual forma, si este mismo déficit se traslada a euros por habitantes, nos encontramos con una pérdida de 1.167 euros por persona en la última década. Casi el doble del salario mínimo interprofesional.

Además, si se tiene en cuenta que el impacto económico de la construcción de infraestructuras suele duplicar su coste, «estamos hablando de cerca de 5.000 millones menos de riqueza para la provincia», apuntó Llopis. Un dinero que habría servido para atenuar la caída de la renta per cápita alicantina durante la crisis, que cada vez se aleja más de la media nacional y se aproxima al furgón de cola. En concreto, según Ineca, si en 2008 el PIB por habitante superaba en 3.572 euros al de la provincia más pobre de España, en la actualidad la distancia, lejos de aumentar, como hubiera sido lo deseable, se ha recortado hasta los 2.606 euros.

Toque de atención a los políticos

«Así es difícil que la recuperación se traduzca en riqueza y bienestar. Ahora, cabe preguntarse, ¿por qué no hay nunca dinero para Alicante?», se preguntó Perfecto Palacio. En este sentido, dejó claro que el papel de Ineca es el de denunciar la situación y que ahora corresponde a los «representantes políticos alicantinos» el «realizar un esfuerzo para defender los intereses de la provincia en el Congreso» para mejorar las inversiones previstas en los Presupuestos. Palacio no quiso ir más allá pero también señaló que «si se quieren resultados distintos, hay que hacer las cosas de forma diferente» y animó a realizar una autocrítica a toda la sociedad alicantina.