El comité ejecutivo de la patronal autonómica Cierval ha aprobado la liquidación de sus cuentas de 2015 sin problemas después de que la alicantina Coepa decidiera cambiar el sentido de su voto, que en principio iba a ser negativo, para rebajar la tensión existente entre ambas organizaciones a cuenta de la reforma de sus estatutos. Así, tal y como ha adelantado hoy INFORMACIÓN, los alicantinos finalmente han optado por abstenerse, al considerar que las cuentas están bien formuladas aunque durante el encuentro han insistido en la necesidad de concretar un plan de viabilidad que garantice su supervivencia o, en caso de ser necesario, que se solicite el concurso de acreedores.

En este sentido, los representantes de Coepa insisten en la delicada situación que reflejan esas cuentas, ya que Cierval cerró el año pasado con unas pérdidas superiores a los 905.000 euros -en su mayoría provocadas por las provisiones que ha tenido que realizar ante el impago de las cuotas por parte de las patronales de la propia Coepa y la castellonense CEC-, además de unos fondos propios negativos de 515.000 euros.

El encuentro también ha servido para acercar posturas sobre la reforma de los estatutos de la patronal autonómica, que en las últimas semanas había provocado duros enfrentamientos entre los dirigentes empresariales valencianos y los alicantinos, al considerar estos últimos que los cambios pretendían acabar en la práctica con las organizaciones provinciales. Para tratar de reconducir la situación, el presidente de Cierval, José Vicente González, ha propuesto una serie de puntos básicos para iniciar las negociaciones que, según fuentes consultadas, han logrado concitar el consenso de los presentes.

Entre estos puntos de partida estaría el conseguir una organización autonómica fuerte e independiente de la administración, que además fuera vetebradora; el racionalizar la estructura actual de Cierval, que Alicante y Castellón consideran sobredimensionada y que supone un lastre para su continuidad por los excesivos gastos que genera; y, por último, González también ha garantizado la supervivencia de unas estructuras políticas provinciales independientes y fuertes, con lo que se aleja el fantasma de que Coepa y la CEC castellonense se convirtieran en meras delegaciones de la patronal autonómica.

De hecho, una de las posibilidades pasaría por un reparto de las competencias. También se buscará la fórmula para que empresas y organizaciones sectoriales puedan afiliarse a Cierval sin que esto perjudique ni suponga una merma de los ingresos de las provinciales.

Las fuentes consultadas coinciden en que se trata tan sólo de un punto de partida y que ahora deberán negociarse los detalles. No obstante, creen que el avance ha sido notable y que, por lo menos, se ha superado el bloqueo en el que parecía haber entrado la situación. No hay que olvidar tampoco que el apoyo de Cierval es clave para que Coepa pueda salir del concurso de acreedores en que se encuentra inmersa ya que es su mayor acreedor ordinario.

Cierval se ha fijado hasta el 31 de octubre para alcanzar un acuerdo, lo que obligará a retrasar hasta entonces la asamblea general que suele celebrarse a finales de junio o principios de julio.