El núcleo duro de Coepa se ha propuesto quitarse de encima al presidente de Cepyme, Cristóbal Navarro, y no va a parar a conseguirlo. De momento, la junta directiva celebrada ayer no sólo acordó expulsar, ya de manera definitiva, a la organización de pymes y, por tanto, a su dirigente, sino que, con esta jugada, además, podrá vetar que asista a la asamblea general que se celebra el 30 de junio. No obstante, desde Coepa simple y llanamente recurrieron a una fórmula más eufemística. Vinieron a decir que la confederación de pymes «estará cautelarmente apartada de Coepa desde el momento de la adopción del acuerdo hasta la ratificación por la asamblea». Y es que, al final, la asamblea, como órgano soberano, será la que tenga la última palabra, aunque, tras la salida de prácticamente todas las organizaciones más críticas, lo raro sería que Cepyme se acabara quedándose dentro. Como mucho, sólo votará en contra de la expulsión la patronal del metal Fempa, porque tampoco quedan ya muchas voces discordantes en Coepa a día de hoy.
El expediente sancionador se inició hace unas semanas, y lo que se venía a argumentar es que el dirigente de Cepyme había cometido una infracción muy grave con los nuevos estatutos de la discordia en la mano. Concretamente, se acusaba a Cristóbal Navarro de haber deteriorado la imagen de la patronal de Moisés Jiménez y de haber incumplido el deber de confidencialidad, y, para ello, como prueba, se adjuntaba un dosier con recortes de prensa de los últimos meses.
Ante ello, y como era de esperar, Navarro presentó su recurso. Donde Coepa veía conductas que deterioraban la imagen de la patronal, Cepyme observaba una clara muestra de su derecho a la libertad de expresión y a la información. Venía a sostener que sus críticas no eran contra Coepa, sino contra la gestión de los órganos de gobierno y, particularmente, contra una reforma estatutaria que siempre ha defendido que era inconstitucional, hasta el punto de acabar llevándola a los tribunales. Incluso incidía en ese escrito en que la mala imagen de Coepa no es ni más ni menos que fruto de la actual gestión. A partir de ahí, se quejaba de que se había vulnerado la presunción de inocencia y que se le habían denegado las pruebas presentadas. Finalmente, Navarro se mostraba convencido en el recurso de que este expediente acabará «dignificándole», o, dicho de otra manera, acabará perjudicando a la actual cúpula de Coepa. «Los presuntos hechos imputados, que podrían perjudicar la imagen de Coepa, perseguirían como único objetivo la regeneración, la transparencia, el derecho a la información y la correcta administración del dinero público, que a todos debe importarnos», sentencia Navarro.
Sea como sea, avanza que, de momento, nadie le ha notificado nada; que su intención, a día de hoy, es saltarse la prohibición de ir a la asamblea; y que, llegado el caso, no sólo volverá a los tribunales si es necesario, sino que, de seguir adelante esta sanción, acabará pidiendo responsabilidades personales a los promotores de este expediente. Ahora sólo falta por ver qué pasa, aunque hasta con Cepyme fuera la asamblea promete ser movida.
