Nuevo repunte en la venta de viviendas en la provincia durante el primer trimestre del año aunque con importantes cambios en su composición. Si en los últimos ejercicios eran los compradores extranjeros los que tiraban del sector y los que habían permitido su reactivación, ahora es la demanda local la que mejora su comportamiento y la que consigue que el mercado continúe arrojando cifras positivas, de acuerdo con los datos facilitados a este diario por el Colegio Notarial de Valencia.
De esta forma, entre los meses de enero y marzo los alicantinos adquirieron nada menos que 2.292 inmuebles en la zona, una cifra todavía alejada de la que se registraba antes de la crisis económica pero que supone un 13,9% más que en 2014 y el segundo incremento interanual consecutivo en este segmento del mercado. Una tendencia al alza que permitió compensar el estancamiento de las ventas a clientes internacionales -que, aún así, todavía son mayoría, con 3.613 operaciones formalizadas durante el citado periodo, tras duplicarse durante los últimos cuatro años-, y también el ligero descenso de la compraventa de segundas residencias por parte de residentes de otras provincias, que sumaron otros 946 inmuebles.
En total, durante el primer trimestre se vendieron en la provincia 6.851 viviendas, un 2,2% más que en el mismo periodo de 2014, según las citadas fuentes. Aunque se trata de un aumento menor que el de años anteriores, hay que tener en cuenta que la cifra se ha visto influida por el adelanto de muchas operaciones al último trimestre del año pasado para evitar los efectos de la reforma fiscal, que desde enero supuso un aumento de los gravámenes en las compraventas de algunos inmuebles de segunda mano.
Más empleo y precios estables
En cualquier caso, para el vicedecano del Colegio Notarial de Valencia, el alicantino Delfín Martínez, los datos del primer trimestre dejan claro que la recuperación de la demanda local empieza a consolidarse, gracias «a la mejora de la situación económica y del empleo, y a la estabilización de los precios, que permiten a aflorar la demanda retenida que existía a la espera de que los pisos dejaran de caer». A ello hay que unir, según Martínez, la mayor facilidad para obtener crédito -«aunque ahora lo habitual es que se pida poca financiación», explica el notario- y también el descenso de los intereses que los bancos abonan por sus depósitos, «lo que ha acabado de decidir a algunos compradores que disponían del suficiente efectivo».
En este sentido, por ejemplo, Martínez destaca que el precio medio de las casas que adquieren los alicantinos también ha empezado a aumentar, al pasar de los 83.070 euros del año pasado a los 83.975 del primer trimestre del actual. Una cantidad, no obstante, que sigue muy alejada de los 123.419 que pagaron, de media, los compradores extranjeros.
Ventas sobre plano
En cuanto al estancamiento en el segmento internacional, Delfín Martínez sostiene que, en parte, se debe a que cada vez son más frecuentes las operaciones sobre plano, que no se recogen en las estadísticas hasta que la vivienda no se finaliza y se escritura, pero asegura que el mercado todavía goza «de buena salud» y que la demanda continúa «fuerte». Por nacionalidades, en los primeros meses de este año destacó la buena evolución del mercado británico, con 832 inmuebles adquiridos, un 51,2% más. También crecieron las ventas a ciudadanos belgas (432 operaciones, un 15,8% más), suecos (353, un 19,25% más) u holandeses (152, un 7% más).
Por el contrario, compraron menos casas en la provincia los franceses (-13,8%), los noruegos (-13,7) o los alemanes (-14,7%), entre otros.
