Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Una recuperación a dos velocidades

La construcción vuelve a crear empleo en la provincia por primera vez desde el estallido de la crisis, al finalizar 2014 con 1.481 ocupados más, y también aumenta un 33% el inicio de nuevas viviendas pero el repunte se concentra casi en exclusiva en la costa y en la segunda residencia

Trabajos en una urbanización en el linde entre Orihuela y Torrevieja. tony sevilla

El ladrillo vuelve a sumar a la economía alicantina. Después de siete años de caída ininterrumpida, la construcción generó de nuevo empleo neto en la provincia durante 2014 al cerrar el ejercicio con 1.481 asalariados más. Todo un indicativo del cambio de ciclo en el que se encuentra inmerso el sector, que se refleja también en el incremento por segundo ejercicio consecutivo del número de viviendas iniciadas o en el aumento sostenido de las ventas de inmuebles a extranjeros que se viene registrando desde 2012. La suma de todos estos indicadores hace que nadie cuestione ya que el inicio de la recuperación en el ladrillo es un hecho. El problema ahora es la velocidad y la extensión de la mejora que, de momento y pese a las expectativas que tenían los empresarios al arrancar el pasado ejercicio, se sigue limitando casi en exclusiva a las zonas de costa -principalamente la Vega Baja- y al segmento de la segunda residencia orientada al mercado exterior.

Una situación que, según reconocen tanto empresarios, como sindicatos del ramo, difícilmente cambiará mientras los actuales niveles de paro no se reduzcan notablemente y se reactive con fuerza la demanda de inmuebles para vivienda habitual, y, sobre todo, mientras los bancos no pierdan el temor a realizar nuevos préstamos a los promotores, como ya empiezan a hacer con la concesión de hipotecas.

«La tendencia ha cambiado y ya se está produciendo un repunte de la actividad de cierta importancia pero es verdad que está yendo más despacio de lo que esperábamos. Quizá sea lo mejor para no repetir los errores del pasado», apunta el presidente de la Federación de Empresas de la Construcción (Fecia), Ramón Jerez. En cualquier caso, la prudencia que exhibe el empresario no le impide destacar la importancia del hecho de que el sector haya logrado detener, por fin, la sangría de los constantes recortes de empleo y que se esté volviendo a contratar.

Según los datos que aporta la propia Fecia, el pasado año se cerró con 18.844 asalariados en el sector en Alicante frente a los 17.363 con que concluyó 2013, el primer repunte del empleo desde que en 2006 la edificación alcanzó su máxima expansión en la provincia, antes de saltar por los aires. Igualmente, el número de empresas activas -las que cuentan con al menos un empleado dado de alta en la Seguridad Social- aumentó de 4.849 hasta las 5.165, en lo que también supone la primera mejora de este indicador desde el inicio de la crisis.

Jerez cree, además, que esta tendencia se consolidará a lo largo del presente año con nuevos incrementos moderados en el inicio de nuevas promociones y con ayuda, también, del segmento de la rehabilitación, una de las grandes esperanzas del sector y en el que la propia Fecia está volcando ahora sus esfuerzos.

Ambas ramas del negocio, tanto la obra nueva, como la restauración de edificios, ya mostraron el año pasado síntomas positivos. De acuerdo con la información del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Alicante, a lo largo de 2014 se expidieron visados para iniciar la construcción de 2.746 viviendas, un 33% más que en el ejercicio anterior y más del doble que en 2012, que marcó el mínimo histórico.

No obstante, a pesar de lo llamativo del porcentaje, lo cierto es que la cifras absolutas de inicio de nuevas casas aún siguen a años luz de los registros anteriores a la crisis, cuando se llegaron a poner en marcha más de 50.000 viviendas anuales, y también se sitúan bastante por debajo de las aproximadamente entre 10.000 y 15.000 unidades que, según los empresarios del sector, sería una cifra adecuada para la provincia en una situación normal.

Además, más del 60% de las viviendas iniciadas se concentran únicamente en tres poblaciones de la Vega Baja: Orihuela, donde se empezó a construir 771 nuevos inmuebles el año pasado; Torrevieja, donde fueron 582; y, a mucha distancia, Pilar de la Horadada, con 297. Promociones, además, claramente enfocadas al comprador extranjero.

Dos realidades distintas

El propio presidente de la Asociación Provincial de Promotores (Provia), Antonio Fernández, reconoce que en estos momentos existen en el negocio inmobiliario alicantino «dos mundos completamente distintos». El primero es el que se da en los municipios turísticos, donde la demanda extranjera de segundas residencias no ha dejado de crecer desde el año 2011.

Sólo entre ese año y 2013 el número de operaciones protagonizadas por compradores de otros países se incrementó más de un 50%, al pasar de unas 10.000 anuales a más de 15.000; y en los nueve primeros meses de 2014 la tendencia era de otro aumento del 11%, según las estadísticas del Colegio Notarial. Esto ha permitido liquidar gran parte del stock existente en estos municipios y ha dado pie a la puesta en marcha de nuevas promociones.

Por el contrario, el segundo mundo es el que se da en las grandes ciudades y en el resto de la provincia, donde el negocio depende casi exclusivamente de los compradores locales. Aquí la situación apenas ha mejorado, «con una demanda todavía muy débil y un importante volumen de casas todavía por vender», que impide que se aprueben nuevos proyectos constructivos, según explica Fernández.

No obstante, el presidente de Provia asegura que hay motivos para la esperanza y que ya se empieza a detectar un cierto «movimiento» de compradores locales. Muchos de ellos, personas que disponían de ahorros o que han mantenido su poder adquisitivo a pesar de la crisis y que creen que, una vez completado el ajuste de precios, es el momento de comprar. Además, también apunta que si en 2013 casi toda la obra nueva se concentraba en la comarca más meridional de la provincia, a lo largo de 2014 se pusieron en marcha proyectos en otros municipios, como Santa Pola, la costa de Elche o, ya en el Norte, en Calp.

«Creo que la evolución es muy buena y que el crecimiento de la actividad es más que significativo, si se tiene en cuenta que la financiación a los promotores sigue casi vetada en el sector bancario», apunta Fernández, poniendo sobre la mesa el que todos consideran que sigue siendo el gran lastre para que la recuperación del sector coja velocidad.

Y es que, a pesar de que algunas entidades aseguran desde hace meses que vuelven a estar dispuestos a dar crédito para la construcción de viviendas, la realidad es que los elevados condicionantes que ponen convierten en prácticamente testimonial los préstamos que se acaban aprobando. Por ejemplo, exigiendo al promotor que el porcentaje de ventas ya acordadas supere el 50%, algo que sólo se consigue cuando la promoción ya está muy avanzada.

Ajuste empresarial

«Estamos convencidos de que en el momento en que se abra el grifo de la financiación veremos un repunte importante y se producirá una verdadera reactivación de la edificación y confiamos mucho en que esto empiece en 2015», asegura el presidente de la Comisión de Ordenación del Territorio y Urbanismo de la Cámara de Comercio de Alicante, Rafael Regalado. Según explica, desde el punto de vista empresarial ya se ha producido un importante ajuste que se ha llevado por delante a las «advenedizas», la compañías que se crearon al calor del «boom» inmobiliario sin tener «ningún conocimiento del sector y que fueron las que provocaron los mayores movimientos especulativos». Así, según afirma, con la excepción de alguna gran empresa que no acaba de solucionar sus problemas, la mayoría de promotores de tamaño pequeño y medio de la provincia «ya está en disposición de acometer nuevas obras en cuanto les llegue el crédito».

Hasta que eso suceda, de momento los empresarios están tirando de riñón para sacar adelante sus desarrollos, lo que explica que el crecimiento sea tan lento. Entre éstos se encuentra, por ejemplo, el Grupo Marjal, que ahora mismo tiene en marcha hasta cinco promociones en Guardamar, Benijófar y Orihuela.

La firma hizo una apuesta importante cuando, en plena crisis, decidió dirigir su oferta a un segmento alto, poco habitual en la zona sur de la provincia, y el mercado le ha recompensado. Tras dos años con crecimientos de facturación por encima del 30%, para 2015 han presupuestado otro incremento del 15%, ante la confianza de que el cliente extranjero seguirá respondiendo, según afirma su presidente, Francisco Gómez. Y todo sin un euro de los bancos.

«Tenemos que funcionar con recursos propios y con las cantidades que nos adelantan los clientes, no hay otra forma», insiste el también presidente de la Asociación de la Empresa Familiar de Alicante. Gómez está convencido de que la clave de que la Vega Baja haya tomado la delantera en la recuperación del sector se debe a la importante red de comercializadores que los empresarios de la zona mantenían en el extranjero, que son los que han conseguido dinamizar las ventas en la comarca.

También tiene claro que en el resto de la provincia, mientras los bancos sigan teniendo una importante cartera de inmuebles a bajo precio, será difícil que los promotores se decidan a construir «porque no podrán competir en precio».

Ajuste empresarial

Por su parte, desde los sindicatos reconocen la mejora que ha experimentado la construcción en el último año pero señalan que los aproximadamente 1.500 empleos recuperados en el último año suponen un porcentaje mínimo de los más de 50.000 puestos de trabajo que se han perdido en el sector desde el inicio de la crisis. De hecho, los 18.844 asalariados que había en la construcción al finalizar el pasado año apenas son una cuarta parte de los que llegó a ocupar la obra en los buenos años.

Para el secretario general de la federación del Metal, Construcción y Afines (MCA) de UGT en Alicante, Adolfo Durán, esa cifra debería al menos duplicarse para hablar de recuperación real. Para ello, además de más financiación por parte de la banca, también reclama una política de inversiones públicas que dinamice la economía.

Además, los sindicatos muestran su preocupación por las condiciones laborales de aquellos trabajadores que han logrado mantener sus empleos. Así, según Durán, los salarios se han desplomado y han pasado de una base de cotización de unos 2.000 euros mensuales a poco más de 1.200 euros.

Y eso los más afortunados porque, como señala Javier Alandes, de CC OO, «cada vez se están registrando más contratos a tiempo parcial que no tienen ningún sentido. ¿Quién se cree que se contrate a un encofrador para cuatro horas?». Por eso, sostiene Alandes, cada vez más albañiles y oficiales de la provincia se están marchando a otros países a trabajar. Cuándo regresen dependerá de que la maquinaria de la construcción vuelva a funcionar a pleno rendimiento en la zona.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats