Felipe VI arropó ayer con su presencia a la empresa familiar española, «un bien social en sí misma», en la inauguración del XVII Congreso Nacional de la Empresa Familiar, uno de los foros económicos más importantes del país que reúne en Alicante hasta hoy a medio millar de empresarios de todo el país. El monarca, en su primera visita a la ciudad desde que asumió la Corona, quiso apoyar a los empresarios destacando la relevancia de la empresa familiar, «un activo fundamental para una economía sana y dinámica» con la que hay que contar «como un actor fundamental para darle músculo y solidez a nuestra base productiva y para luchar contra las altas tasas de desempleo que afectan a nuestro país».

La presencia en Alicante del monarca suscitó la curiosidad de decenas de alicantinos que se dieron cita en la explanada del auditorio provincial para aplaudir y ver, aunque fuera de reojo, al Rey al que esperaba el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y el presidente del Instituto de la Empresa Familiar, Javier Moll, entre otros.

El Rey llegó al auditorio poco antes de las diez de la mañana acompañado por la ministra de Empleo, Fátima Báñez y, antes de acceder al salón de actos del ADDA donde una hora antes el presidente de la OAMI, Antonio Campinos, impartió la conferencia inaugural del Congreso, realizó un saludo protocolario al resto de autoridades que esperaban en un segundo plano. Entre los presentes se encontraba la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, invitada al acto aunque no intervino en el mismo, y a quien el Rey dio la mano como al resto de autoridades entre las expectación de quienes les rodeaban dada la delicada situación jurídica y política de la primera autoridad local imputada por presuntas irregularidades en la tramitación del Plan General de Ordenación Urbana de Alicante y el plan Rabasa. También esperaban al Rey en la puerta del recinto el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, con el único con el que el monarca hizo un alto e intercambió impresiones; el presidente de las Cortes, Alejandro Font de Mora; el delegado del Gobierno, Serafín Castellano, y la presidenta de la Diputación, Luisa Pastor.

A su entrada en el salón de actos, el Rey fue recibido entre los aplausos de los asistentes a la jornada puestos en pie. Abrió el acto inaugural el presidente del Instituto de la Empresa Familiar, Javier Moll, seguido del presidente de la Asociación de la Empresa Familiar en Alicante, Francisco Gómez; el presidente de KPMG, John M. Scott; el consejero delegado del Banco Santander, Javier Marín y el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra.

Felipe VI mostró su satisfacción por encontrarse en Alicante «que esta vez es un poco más especial para mí puesto que es la primera vez que vengo a la ciudad y a la Comunidad Valenciana como Rey» y agradeció a la ciudad la acogida del encuentro «que encaja perfectamente en la cultura alicantina y de toda la Comunidad, como tierra de emprendedores que, muy a menudo, encuentra su vocación empresarial en una clara tradición familiar». El monarca expresó su interés por «conoceros mejor, para saber de vuestras circunstancias y vuestra visión de las cosas, de cómo evoluciona vuestra economía y de los problemas que encuentra el mundo empresarial para seguir creciendo, para generar más riqueza y empleo y ayudar así a la sociedad en general en su avance y mejora». El monarca, que habló de la «permanencia y estabilidad» como virtudes coherentes a la empresa familiar, instó «a cuidar» especialmente a las pymes «por ser en España las entidades productivas que más puestos de trabajo crean».

Tras la inauguración, y en un receso del Congreso, don Felipe tuvo tiempo para fotografiarse con los congresistas más audaces y departir con los empresarios a los que transmitió la necesidad de mantenerse unidos junto a la sociedad y a las administraciones para impulsar el desarrollo económico del país.